¿Se imaginan el efecto de la peste negra en Córdoba, cómo vivían las familias el fallecimiento de alguno de sus miembros víctimas de la epidemia mortífera que se llevó por delante en Córdoba, sobre todo en la zona de la Axerquía, a más de 6.000 personas? Este sábado, un grupo de unos quince actores pondrán en pie una recreación histórica de cómo se vivió la peste negra en la ciudad. Quienes se sientan preparados para comprobar, aunque sea a través de la ficción, el rastro de muerte y desesperación con el que convivieron los cordobeses del siglo XVII, en cuyos hogares llegaron a amontonarse cadáveres porque los enterradores no daban abasto, deberán acudir a la plazuela del Pozanco, para acompañar a la tétrica procesión que continuará por la calle de los Amortajados, calle Custodio, calle Jesús del Calvario, Roelas y plaza de San Rafael. Según Manuel Ramos, impulsor del Festival de Callejas, en el que se enmarca la actividad, «los que asisten verán qué pasaba cuando la peste acudía a una calle, qué medidas se tomaban, qué pasaba cuando moría alguien, y ver a los protagonistas de la época, desde los arcabuceros, a los médicos de la peste, ataviados con un pico cargado de plantas aromáticas, el cura y las plañideras, y seguir al cortejo fúnebre.

Menos lúgubres serán las representaciones de las leyendas de Doña Blanca (calleja huerto de San Pablo) y la leyenda de Mancera y de la Casa del Duende (calleja Mancera), ambas a cargo del Aula de Teatro de la Loyola, que se podrán ver sin necesidad de invitación, hasta completar aforo, en pases de mañana y tarde.