Salmorejo y batucada para despedir la Velá de la Fuensanta 2017, que echó el cierre ayer tras cuatro jornadas de fiesta y balance positivo, aunque eso en las ferias, ya se sabe, depende de quien las cuente. Los niños tuvieron un papel protagonista al poder disfrutar ayer de todas las atracciones a la mitad de precio: colchonetas, voladores (toda una joya vintage), scalextric... El simpático dueño de Pesca de patos Mi Rafa no daba abasto ayer repartiendo muñecas, dinosaurios --«con luz y sonido, señora, si no funciona vuelva y se lo cambio»- y pistolas. Además de patos, la Velá ofrece campanas y este año aves multicolor: «El pajarito ecológico, ni come, ni bebe, ni hace caquita, 2,50 euros», tal cual. ¿Cómo ha ido la venta? «Siempre puede estar mejor», responde otro feriante que considera que «la cosa va a menos». Para alegría, desde luego, la de la batucada Samborejo. Charly, su director y alma del grupo desde hace 8 años, lamenta que en la capital no haya batucadas, nada más que en las manifestaciones. «En los pueblos hay más cultura de batucada», dice. Mientras, Francisco Santana no para de marchar platos y platos de salmorejo. Quizá se me ha pasado a mí, pero lo que este año no he visto han sido higos chumbos, que se han comido en julio. El cambio climático no perdona ni a la Velá.