Un grupo de vecinos de la Cruz del Rastro y de la Ronda de Isasa reclaman a la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) y al Ayuntamiento de Córdoba que declare La Ribera como zona acústicamente saturada (ZAS) y, en consecuencia, que no se concedan nuevas licencias de negocios hosteleros en este enclave de la ciudad.

Los residentes informan en una nota de prensa de que en mayo realizaron por primera vez esta petición en un escrito que enviaron a la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y al presidente de la GMU, Pedro García. En el mismo se les informaba de la “insoportable” realidad que están viviendo los vecinos de la zona debido a la “incontrolada” proliferación de establecimientos de hostelería como pubs y cafeterías que “están originando una situación de caos, especialmente los fines de semanas y en los días festivos”.

En el escrito también se ponían de manifiesto que “la molesta banda sonora que lleva aparejada la movida nocturna y el tráfico ha convertido en un clamor vecinal la urgencia de regular este problema con fórmulas taxativas, puesto que en esta zona residencial existen múltiples actividades de ocio y establecimientos (fundamentalmente bares) que, por el ruido de las mesas y de las persianas y las voces de los clientes, generan por efecto acumulativo unos niveles sonoros en el exterior que sobrepasan los niveles recomendados (entre 50 y 60 decibelios) en más de diez”.

Estos vecinos defienden que ni el Ayuntamiento ni la GMU “pueden hacer oídos sordos a este grave problema aludiendo a que el turismo es un sector económico fundamental de la ciudad del que dependen muchas familias, puesto que hay que recordar que el derecho fundamental al descanso prevalece sobre otros”. En este sentido, lamentan que son muchas las personas que han optado por marcharse de esta zona a otros barrios de la ciudad cansados de aguantar esta situación.

Por todo ello, reclaman que se realice una verdadera actuación de inspección en los establecimientos ya abiertos en la zona y, sobre todo, que no se concedan más licencias de apertura de nuevos establecimientos como bares, restaurantes y pubs que supongan mayores problemas a los residentes de este enclave del Casco Histórico. Estos vecinos se muestran especialmente preocupados con un proyecto hostelero impulsado por la empresa Barin en la Cruz del Rastro, ya que consideran que haría "totalmente insostenible la posibilidad de poder vivir con tranquilidad en este barrio de Córdoba".