Representantes del consejo de distrito Noroeste y de varias asociaciones vecinales se han reunido hoy para exigir el arreglo de la avenida de Trassierra, que amenazan con cortar si no logran respuesta a sus demandas, ya que están hartos de los “incumplimientos reiterados” de la Gerencia de Urbanismo desde hace una década. Así lo ha manifestado la presidenta del consejo de distrito, Teresa Caballero, que recuerda cómo ya en el 2011, después del arreglo de un primer tramo con los fondos anticrisis, se anunció la remodelación que aún no se ha ejecutado.

Caballero se ha referido también a la visita que en abril del año pasado realizó el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Pedro García, a la avenida para anunciar la inminente licitación de la obra y que la vía estaría reformada a principios de este año. “La presentó Pedro García como la noticia del siglo, pero nosotros no estamos contentos”, señala. Además del “incumplimiento”, lamenta “la falta de información”.

El consejo de distrito está a la espera de una reunión que tendrá lugar el día 13 con la alcaldesa, Isabel Ambrosio, para plantear esta carencia y otras del barrio. “Si después de esa reunión no tenemos respuesta, saldremos a la calle y cortaremos la carretera de Trassierra”.

Una parte de esta carretera ya está reformada y ampliada con cuatro carriles, la del tramo existente entre la glorieta Amadora y Río Névalo, pero falta el resto hasta la glorieta de las Tres Culturas, que tiene solo dos carriles y debe tener otros dos más. Urbanismo anunció la ampliación de la avenida de Trassierra en el 2004, pero hasta el 2009 no pudo ejecutar una primera fase, la que va de la glorieta Amadora a Río Névalo, que costó 1,5 millones y que financió con los fondos anticrisis. Después el organismo municipal planificó una segunda fase, entre Río Névalo y Doña Berenguela, que nunca se llegó a ejecutar y que fue una de las obras que dejó pendiente la empresa municipal Procórdoba al disolverse, a pesar de que ya estaba encargada a Acsa e Infraestructuras por 1,1 millones.

El tramo que se va a ejecutar es el que hay entre la iglesia de las Margaritas y Doña Berenguela, junto a la glorieta de las Tres Culturas. Quedará la parte en la que aún faltan expropiaciones, en las calles Alfonso VII y Portugal, por lo que Teresa Caballero teme que quede “cuello de botella”.