Urbanismo ha iniciado las obras con las que pretende frenar el deterioro de la iglesia de Campo Madre de Dios, una intervención acordada a principios del 2014, licitada en otoño y adjudicada en mayo del 2015. La primera fase, que es la que se acomete y que durará un mes, consiste en montar dos sistemas de andamios para estabilizar estructuralmente los elementos más delicados por su altura y deterioro, que son las bóvedas internas y la espadaña.

Uno de estos sistemas se instalará en el interior de la nave para consolidar la estabilidad estructural de la bóveda y de la cubierta. Además, se montará una plataforma a la cota del arranque de la bóveda para analizar con más detalle el estado de conservación. Así podrán definirse las soluciones a adoptar para reparar la estructura, la cubrición de la nave central y el conjunto de cubiertas. El otro sistema de andamios se colocará en el exterior del templo, concretamente en el compás de la portada, a la altura de la espadaña. De esa forma, podrán definirse futuras actuaciones de reparación, que se llevarán a cabo en otra fase.

Urbanismo adjudicó en mayo a Cabero Edificaciones la primera fase de la consolidación estructural por 160.654 euros, rebajando un 38% el presupuesto de licitación, fijado en 260.000 euros. Desde entonces, poco ha trascendido de esta intervención en la iglesia, que sufre daños en su estructura, humedades que afectan a la madera de la cubierta y provocan hundimientos, y fisuras. El templo pertenece al Obispado, que en 1864 cedió su uso al Ayuntamiento, que debe devolverlo en buen estado. Urbanismo llegó a estimar en un millón de euros el dinero que necesita la iglesia.