La Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) denunciará ante la Fiscalía el derribo de la cruz de la Cuesta del Bailío y los destrozos ocasionados en la base que la sustentaba, situada en la fuente de de esta calle, un acto que ha ocurrido a lo largo de la madrugada de este domingo.

El presidente de la GMU, Salvador Fuentes, y el jefe del servicio de Arqueología de este organismo, Juan Murillo, han convocado este domingo a los medios de comunicación para informar de las actuaciones que se van a llevar a cabo, después de haber conocido los hechos.

Se da la circunstancia de que la cruz, una réplica de la que se colocó en la década de los 40 en esta calle y que formaba parte del Vía Crucis del Cristo de los Faroles, se repuso el pasado jueves gracias a la donación de un vecino, puesto que la original desapareció alrededor de 1999, según informó Murillo

Para el presidente de la GMU este acto “no se pude calificar de vandalismo”, sino que es “un delito en toda regla contra el patrimonio, contra la historia y sobre todo contra el símbolo y lo que supone El Bailío”. “Aquí hay odio” -ha señalado- y quien lo haya hecho “ha tenido que ser una mala persona”

Fuentes ha declarado que no ha sido un acto puntual o una gamberrada, sino un acto "meditado” ya que, según un primer análisis el pedestal que sustentaba la cruz y que formaba parte de la fuente que corona la escalinata de esta calle podría haber sido arrancado con un “cable o cuerda” atado a un vehículo, puesto que la base de la cruz no presenta fisuras por golpes y se encuentra divida en dos grandes bloques de piedra.

Así las cosas, desde la GMU se elaborará un informe para trasladarlo la Policía Local, que custodia la cruz y los trozos de pedestal que formaban parte de la fuente “e intentaremos ponerlo en conocimiento de la fiscalía para que actúe en consecuencia” y “la ley caiga sobre contra estos irresponsables que tanto daño le están haciendo a Córdoba”.

En este sentido Salvador Fuentes ha manifestado que es importante concienciar a la ciudadanía para que cuando sean conocedores de un acto de estas características “denunciemos a lo más mínimo”, porque la denuncia “es la única forma de acabar con estos delitos y con esta enfermedad que se está llevando por delante mucho patrimonio, mucha historia y algo de nosotros”.

Por su parte Juan Murillo ha resaltado que aunque los daños “han sido graves” se puede proceder a la restauración, pero que “el problema es que esto se está convirtiendo en una epidemia” y ha recordado sucesos como las caras de arcilla que aparecieron en la Puerta de Almodóvar, en el lienzo de la muralla, el pasado año o las pintadas en la muralla del Marrubial esta misma semana”.

En este sentido ha hecho hincapié en que “mientras exista tolerancia ante este tipo de hechos, se seguirán produciendo” y “mientras no haya un castigo ejemplar a quien lo hace, lo único que conseguiremos es ese efecto de que no pasa nada”, pero “si así lo hubiésemos pensado a lo largo de los siglos, hoy no tendríamos una ciudad Patrimonio, lo que tendríamos es un campo de ruinas”. Por ello confía en que tras la denuncia que hará la GMU a través de la Policía Local “esas investigaciones lleguen a buen puerto y podamos romper esta cadena”.

La actual fisonomía de escalinatas de la Cuesta del Bailío es un proyecto del arquitecto Víctor Escribano Ucelay de 1945. Hasta entonces esta calle era, como su nombre recuerda en la actualidad, una cuesta, que por entonces estaba abierta al tráfico.

La cruz es una réplica de la que se colocó en la década de los 40. Foto: CÓRDOBA

La cruz, en el suelo junto a restos de piedra. Foto: MANUEL MURILLO