El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Córdoba y presidente de la Gerencia de Urbanismo, Pedro García, ha mantenido un encuentro esta mañana con representantes de colectivos del Centro Histórico y vecinos de la zona del convento Regina, tanto en la actualidad como cuando hace unas décadas fue 'casa de muchos', para explicar los pormenores de la obra de recuperación de la iglesia (ya licitada por algo más de medio millón de euros, y que se espera que "comience antes de fin de mes"), y la futura segunda fase, que afectaría a la zona del convento, a cargo del 1,5% cultural y por un montante similar que se acometería más adelante.

El encuentro, en un clima distiendido, permitió a la arquitecta Rosa Lara remontarse a los orígenes históricos de esta zona de la ciudad y a la génesis del inmueble a recuperar, así como las características de los elementos que se conservarán en las próximas obras, especialmente en la antigua iglesia. En su relato histórico, Lara cedió la palabra a los asistentes, entre los que se encontraban incluso vecinos que nacieron y vivieron en aquel recinto cuando fue 'casa de muchos", en donde llegaron a vivir hasta 43 familias además de contar con una decena de tiendas, talleres, almacenes... Precisamente, la recuperación de esta vida ciudadana, ahora de manos de la actividad cultural, es el objetivo de la profunda intervención, que defendió Pedro García como una iniciativa más para frenar la 'gentrificación' y evitar que los nuevos usos e intereses en el casco histórico "nos echen, como nos están echando poco a poco de este barrio". De hecho, se propuso reunir los testimonios de los vecinos de la zona que aún recuerdan aquella época para preservar sus experiencias personales y ponerlas en valor a manera de archivo.

En el debate se adelantó que la nave principal de la iglesia (con restos de pinturas murales renacentistas que podrían recuperarse, sobre todo en el entorno del altar, además del artesonado, la celosía renacentista de madera, etcétera), se dedicará a actividades culturales y ciudadanas, mientras que se definirá el uso en la parte del sotocoro, donde se integrará parte del delicado pavimento original de hace siglos. La parte alta, la del coro, tendría un uso más ciudadano, al habilitarse un espacio con capacidad para 50 asistentes.Capítulo aparte será la recuperación de la cripta, de ladrillo macizo cubierta por una bóveda de cañón.