Urbanismo tiene en mente conceder licencia de obra para el proyecto de la segunda puerta de la Mezquita-Catedral. Su presidente, Pedro García, en declaraciones a la Cope, aseguró ayer que «vamos a autorizar la licencia de obra con dos prescripciones importantes que tienen que solucionarse». Esas prescripciones son, según indicó, «las que ha puesto la Junta de Andalucía, que recomienda elaborar un estudio, y otra que está relacionada con aspectos de seguridad». En cuanto a la observación realizada por la Junta, explicó que esta administración dice en su informe que «una vez que se determine si la apertura de la puerta va a suponer un mayor uso procesional, se recomienda elaborar un estudio de las implicaciones de ese uso en el monumento en el marco de un análisis general bajo la premisa de la conservación de la Mezquita-Catedral». La licencia podría llegar, según se desprende de sus declaraciones, en las comisiones del 8 o 15 de febrero.

Previamente, en una visita al Parque Cruz Conde, el primer teniente de alcalde garantizó que «habrá una solución» para este proyecto solicitado por el Cabildo, aunque precisó que «todavía hay que resolver cuestiones administrativas, algunas alegaciones e informes». En este sentido, García se comprometió a que «cuando se resuelvan las alegaciones existentes, se tomarán las decisiones correspondientes», reconociendo que «ahora mismo está la pelota en lo técnico y no hay nada político que impida que, si los informes son positivos, se conceda la licencia» de obra. En este punto dejó claro que Urbanismo actuará «como en cualquier licencia, sin ningún trato especial más allá de que es uno de los edificios más importantes del mundo». El organismo municipal debe responder las alegaciones presentadas hace más de un año por el arquitecto Rafael de la Hoz que, según García, «requieren más informes respecto al impacto que puede tener la eliminación de la puerta, y cuestiones que tienen que ver con el respeto al patrimonio».

Urbanismo trabaja desde ayer en este proyecto, ya que el miércoles le llegó el último documento de Cultura que le hacía falta. García lamentó «que después de un año y pico dando vueltas los informes, ahora en dos días, se meta presión».