El teniente de alcalde de Urbanismo y Hacienda, Salvador Fuentes, aseguró ayer, tras visitar las caras de arcilla que aparecieron el viernes en la muralla junto a la Puerta de Almodóvar, que «no existen indicios de daños o deterioro en el lienzo». Apuntó que, según los primeros análisis realizados por técnicos municipales, «las caras que han aparecido no han sido esculpidas, sino colocadas entre los sillares».

Fuentes visitó el lugar junto al gerente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Emilio García, e instó a «proteger el patrimonio frente a actuaciones que puedan provocar su deterioro». Insistió en que «tenemos que concienciarnos todos de la importancia de conservar y proteger un patrimonio que es de todos, previniendo y combatiendo las causas naturales y humanas de su deterioro, a fin de aumentar su esperanza de vida y garantizar la difusión del gran legado y mensaje que contiene».

El responsable de Urbanismo aseguró que se acometerán «urgentemente desde el Ayuntamiento las actuaciones que se consideren necesarias con la Junta de Andalucía, puesto que este tramo de muralla es Bien de Interés Cultural y forma parte del Catálogo de Bienes Protegidos del Conjunto Histórico de Córdoba».Sin embargo, no precisó cuándo se retirarán.

FOCO DE CURIOSIDAD // De momento, las inquietantes esculturas se han convertido en un atractivo turístico más en la Judería, ya que ayer, durante todo el día, vecinos, turistas y curiosos se acercaban hasta este lugar para hacerse fotos y comentar y debatir en grupos sobre cómo el autor podría haberlas hecho y cómo se podía permitir este acto vandálico en un conjunto histórico. Un joven profesor apuntaba que podría haber llegado de noche con las caras ya esculpidas y haberlas pegado en la muralla; un vecino señalaba que quizá hubiera cámaras cercanas para descubrir al autor; unas señoras comentaban que esto no se podía permitir, porque cualquier día aparecía otro acto vandálico en otro monumento. El caso es que las pequeñas caras, de expresiones diferentes e inquietantes siguen ahí, en la muralla, y no dejan indiferentes a nadie, como sucedió con aquel bañista que apareció un día en el interior del río Guadalquivir. Aprovechando la presencia de periodistas, un vecino denunciaba también la falta de agua en los estanques de la calle Cairuán, que hace que las plantas estén estropeando el muro que los contiene. Mientras, la Policía sigue buscando al autor o autores de este medio centenar de caras y la Junta ha llevado el caso a la Fiscalía por un posible delito contra el patrimonio.