El arqueólogo de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Juan Murillo, y el Servicio de Emergencias y Salvamentos de Córdoba han confirmado a esta hora de la tarde que la inspección realizada durante la mañana en la calle San Fernando, donde ha tenido lugar el derrumbe de parte de la muralla medianera, se ha determinado que no existe riesgo para los vecinos y los inmuebles colindantes, por lo que se ha descartado proceder al desalojo.

Murillo ha hecho un llamamiento a la "tranquilidad" y ha explicado que los técnicos están realizando una evaluación exhaustiva de lo ocurrido para determinar las causas del siniestro, ya que -ha valorado- "lo milagroso aquí es que no haya habido víctimas, porque cuando hemos llegado daba miedo". El arqueólogo municipal ha señalado que en la inspección han colaborado tanto arquitectos como arqueólogos del Ayuntamiento y de la Delegación de Cultura de la Junta, ya que el muro es un bien protegido y se han dado instrucciones a la propiedad del solar donde se encuentra esta parte de la muralla para tomar una serie de medidas que eviten cualquier otro desprendimiento.

Así, en este momento, se está elaborando una orden de ejecución que prevén que esté lista para mañana donde se establecerán las acciones concretas a llevar a cabo por los operarios contratados por la propiedad del inmueble, mientras se realiza el diagnóstico que deberá determinar las causas del derrumbe. Murillo no ha querido valorar el estado de conservación del trozo de muralla afectado. Tan solo ha señalado que "el muro forma parte de una medianera que había sido enfoscado recientemente y que se encuentra en una zona con un desnivel hacia la calle Cabezas de entre cuatro y cinco metros".

La calle permanecerá cortada como mínimo hasta mañana, aunque se espera que no se abra en varios días, ya que las instrucciones de los técnicos es evitar el paso de personas por la proximidad de la zona afectada hasta que se realicen las labores de apuntalamiento que determinará la orden de ejecución.

El arqueólogo municipal ha insistido en que se trata de "un derrumbe localizado y puntual" y que "ya se han tomado todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad que es la prioridad". El segundo paso será actuar en el derribo controlado del muro con el fin de separar los sillares que tengan algún valor histórico de los que no para garantizar su protección.

De momento, los vecinos con cocheras en la zona podrán acceder por los espacios habilitados, pero la calle San Fernando permanecerá cortada. Aunque algunas fuentes consultadas han aventurado que el corte podría prolongarse durante al menos diez días, los técnicos se limitan a asegurar que "en cuanto se completen las actuaciones previstas y no haya más riesgo para los viandantes, se procederá a abrir la vía al tráfico.