La Gerencia de Urbanismo deja claro en un informe de marzo que el anteproyecto de reforma del Palacio Episcopal introduce usos no previstos en una innovación de PGOU aprobada en el 2011, como los «espacios expositivos del conjunto monumental de la Mezquita-Catedral y taquillas para la venta de entradas». El organismo municipal considera que esto no solo conlleva «un cambio sustancial» en el uso del Palacio Episcopal, sino que repercute en la Mezquita-Catedral. El informe indica que «el cambio de localización de las actuales taquillas para el acceso a la Mezquita-Catedral, con la consecuente eliminación de las mismas del recinto de ésta, supone una modificación sustancial en el monumento, Bien de Interés Cultural y Patrimonio de la Humanidad». Incluso piensa que la actuación podría «estar interfiriendo en las previsiones del plan director y de otros instrumentos de ordenación y gestión que su consideración de bien Patrimonio de la Humanidad requiere».

Estos y otros argumentos utiliza Urbanismo en un informe que pone reparos al mismo anteproyecto que unos meses antes recibía el visto bueno de la Comisión de Patrimonio de Cultura. Aunque el documento avisa de que la información que contiene «no constituye una licencia urbanística», pone en evidencia que el Obispado tendrá que hacer cambios en su proyecto si quiere lograr el permiso de Urbanismo, por lo que se convertirá en otra intervención atascada hasta que resuelvan sus diferencias.

La intervención que empezó en el 2015 en el Patio de los Carruajes, y que lleva meses parada, tiene, entre otros objetivos, recuperar el Museo Diocesano; habilitar un centro de interpretación y recepción de visitantes de la Mezquita-Catedral, taquillas, una cafetería y una tienda; y poner en valor los ricos restos arqueológicos hallados. Tras una larga trayectoria en la que el proyecto ha sufrido cambios, en noviembre del 2016 recibió el dictamen favorable de la Comisión de Patrimonio, que valoró «positivamente la propuesta del Cabildo de mantener puntos de venta de entradas en el Patio de los Naranjos» (el acuerdo alcanzado era tener taquillas allí y en el Palacio Episcopal). Cultura solo pidió «afinar las soluciones de diseño» en la redacción del proyecto y definir «los contenidos interpretativos de la Mezquita-Catedral».

En abril, el arquitecto responsable de la obra, Francisco Javier Vázquez Teja, respondía con otro informe a Urbanismo, en el que expone que las objeciones a cuestiones como una escalera y una galería en la planta alta «son contradictorias» con los análisis previos realizados «con los técnicos municipales y el acuerdo consensuado» con «los mismos y la Consejería de Cultura». El arquitecto afirma que las taquillas no se van a desplazar «en su totalidad» de su ubicación actual y que las del Palacio Episcopal «deben ser consideradas como las del Museo Diocesano».

CONSEJERA DE CULTURA/ La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que estuvo ayer en Córdoba, prefirió no opinar sobre el informe de Urbanismo al no conocerlo, aunque recordó que «desde el punto de vista patrimonial, el anteproyecto fue visto por la Comisión de Patrimonio y tuvo luz verde». Aguilar dejó claro que «Urbanismo mira unos aspectos del anteproyecto y Cultura debe analizar otros distintos». En este sentido, explicó que Cultura analizó «lo que nos compete y la comisión le dio luz verde». Rosa Aguilar indicó que «ahora esperamos conocer qué plantea Urbanismo para ver si hay algo más que tengamos o podamos hacer».