A Cruz Conde no se la deja en paz, como pidió Comercio Córdoba la semana pasada a través de los carteles azules que colocó por la calle, pero sí se le da un respiro. El anuncio realizado esta semana por el alcalde, José Antonio Nieto, a los portavoces de los grupos de la oposición, da un mayor margen de maniobra al gobierno municipal para tomar la decisión definitiva, pero a costa de nuevas críticas y de otras incógnitas que se abren y que hay que resolver pronto. Nieto comunicó el martes que hay dos razones que influyen en que no se haya dado aún una solución a Cruz Conde, el estudio que ultima Aucorsa sobre su red de autobuses, que será determinante para saber si pasará o no una línea por la calle, y la campaña comercial de Navidad. Por ello, ocurra lo que ocurra con Cruz Conde, no será hasta después de las uvas.

Los grupos municipales pusieron el grito en el cielo, y no precisamente porque estén en desacuerdo con el uso peatonal que tiene ahora la calle. Su disgusto obedece a las largas que el PP está dando a una decisión que consideran que debería haber tomado ya y a la confusión que está generando. El único que se mostró más comprensible fue Unión Cordobesa, que ve lógico que la configuración definitiva de la vía necesite su tiempo y piensa que lo mismo da un mes o dos más. Comercio Córdoba y el consejo de distrito Centro también se llevaron las manos a la cabeza por esa forma de dejar para mañana lo que ellos consideran que se puede hacer hoy. Ellos, que siempre han discrepado por el uso que se le debe dar a la calle, peatonal los primeros frente a semipeatonal los segundos, coincidieron esta vez al criticar la prórroga.

El portavoz de IU, Francisco Tejada, molesto por la confusión que está creando el equipo de gobierno, puso sobre la mesa la primera de las incógnitas que deberá resolver el PP mucho antes de Navidad, qué pasará con el bulevar del Gran Capitán cuando se monten los puestos navideños, la pista de hielo y los cacharros infantiles y sigan atravesándolo los coches de Edaco y Hacienda que no pueden salir por Cruz Conde y que pasan desde enero por allí de forma provisional. El presidente del consejo de distrito Centro, Pedro Antúnez, lanzó otra pregunta, cómo convivirán peatones y coches en un espacio en el que en años anteriores ya ha habido quejas con el tráfico que circulaba por un lateral. Ve la medida como una forma de "cargarse la mejor zona peatonal del centro para abrir un centro comercial privado en Cruz Conde". El portavoz del PSOE, Juan Pablo Durán, teme que tras Navidad haya que esperar a rebajas y, luego, a primavera, y, después, de nuevo a las rebajas. El líder de Unión Cordobesa, Rafael Gómez, que se mostró más benévolo, hizo una advertencia, se tome cuando se tome la decisión, la calle debe quedarse como está, ya que los peatones no pasearían tranquilos con un autobús por medio. Y, por último, Comercio Córdoba ve en todo esto una "maniobra para dilatar una decisión ya tomada e imposible de llevar a cabo" y el "reconocimiento del fracaso" de intentar devolver el tráfico a Cruz Conde.

La segunda de las incógnitas que tampoco puede esperar a Navidad es el párking de la calle Sevilla, cuyo propietario, Luyfe, prepara su apertura para residentes y resto de usuarios, que podría producirse en un par de semanas. El Ayuntamiento deberá resolverla ya y la opción por la que se decanta es la de desactivar la pilona de Valladares y sustituirla por una cámara para que los futuros usuarios de este aparcamiento puedan acceder a él. La idea es utilizar un lector de matrículas para entrar a la zona y otro para salir del aparcamiento, con el fin de controlar que nadie se cuele si no es para estacionar allí. Para abandonar el párking, podría utilizarse la misma ruta que usan los residentes de la zona, Tendillas, Diego de León y Alfonso XIII. Así que, con tanta tarea pendiente, el respiro de Cruz Conde será pequeño.