El titular del Juzgado de lo Social número 2 de Córdoba, Manuel Oteros, ha dictado una sentencia en la que llama "burros" a " los políticos todos" al revocar una sanción de tres años de suspensión de empleo y sueldo impuesta a un trabajador del Instituto de Deportes (Imdeco) por una falta muy grave consistente en un notorio incumplimiento de las funciones esenciales al puesto de trabajo, por redactar un proyecto con ausencia de los documentos esenciales y por negociar y aprobar precios contradictorios con el adjudicatario de unas obras para la construcción de un campo de fútbol de césped artificial en Cerro Muriano, entre otras faltas que ahora ha revocado el juez.

El pliego de condiciones de la obra de este campo de fútbol se aprobó en julio del 2009, siendo presidente del Imdeco Alfonso Igualada (IU), pero no se adjudicó hasta el 1 de marzo del 2011, y estaba financiada al 50% por la Junta y el Ayuntamiento. La Junta requirió varias veces al Imdeco para que le remitiera documentación sobre la obra, y a punto estuvo de retirar su 50% de subvención.

RESPETO A LOS EQUINOS // Para el juez queda probado que la actuación del empleado del Imdeco, lejos de ser constitutiva de las infracciones que se le imputaban, "es más demostrativa de ingenuidad y candidez que de cualquier otra cosa". Y añade que en esta circunstancia "se cumple el proverbio que dice que cuando se pelean los burros..., y eso es lo que da la impresión a este juzgador, que lo burros se han peleado y paga el arriero, que en este caso no es otro que el empleado público".

Y añade: "Obligación de los burros (entiéndase con todos los respetos para con los equinos), en este caso los políticos todos, hubiera sido cumplir lo pactado", es decir, "lograr la financiación para la obra de forma coordinada entre la Junta y el Ayuntamiento dentro de los plazos que se habían previsto (...) y si sabían que no podían cumplir, no haber firmado el convenio". Con el riesgo de perder la subvención de la Junta se aceleraron los trámites de ejecución de la obra, que se hizo con un anteproyecto. Durante los trabajos apareció un muro de hormigón oculto que hizo replantear todos los trabajos, y que hubiera exigido la redacción de un modificado. Pero, según el juez, fue "el probo empleado público el que se ofreció o al que recurrieron para salvar la situación".

Indica además que el problema para el trabajador surgió "cuando los que le tenían que dar cobertura (los burros) han cambiado" tras las elecciones municipales del 2011, "y no solo no se la dan (ni siquiera quien oír sus explicaciones) sino que recibe los palos que iban dirigidos a otros". El juez no encuentra en la conducta del sancionado "ningún género de intencionalidad en la causación de un perjuicio a la administración, ni ningún daño al interés público, ni negligencia de clase alguna, sino al contrario, y no siendo la candidez una falta muy grave y ni siquiera grave o leve" estima la demanda presentada por el trabajador, y recuerda "a los burros que más les valdría a los arrieros, que somos todos, que se dejaran de pelear y se pusieran a andar".

Y a sabiendas de que su sentencia levantará polvareda, el juez reconoce que "quizás se esté extralimitando", pero se califica como un "indignado más que se toma la licencia de hacer los anteriores comentarios con la libertad que da el tener que someterse antes de que se notifique la sentencia a intervención quirúrgica (la quinta en siete meses) y no saber si podrá oír las críticas que con toda seguridad le vendrán". Concluye que la recriminación hacía los políticos la hace desde su más sincero reconocimiento.