El vicerrector de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Universidad de Córdoba, Antonio J. Cubero, señaló ayer que la próxima semana se agilizarán al máximo los trámites para que en el menor espacio de tiempo posible puedan abrir las ocho cafeterías que no podrán prestar su servicio coincidiendo con el principio de curso. Se trata de las instalaciones de la Facultad de Ciencias de la Educación, Escuela Politécnica Superior de Belmez, aulario interior, aulario exterior, Paraninfo y residencia Lucano de Rabanales, así como la de la Facultad de Filosofía y Letras y la del Rectorado. «De momento no hemos avanzado nada», indicó Cubero, quien apuntó que espera que a partir del lunes, con parte del personal que ahora está de vacaciones ya en sus puestos de trabajo, «se pueda ir normalizando la situación e ir adjudicando el servicio» a las empresas que han optado al concurso público abierto al efecto el pasado mes de junio.

Sea como sea, los trabajadores del servicio han convocado una concentración a las puertas del Rectorado el próximo 6 de septiembre para protestar por el cese de la actividad. La formalización de los contratos para poner en marcha las cafeterías no se pudo materializar en julio debido a la situación de deuda con la Seguridad Social que mantienen algunas de las anteriores empresas adjudicatarias y la posibilidad de que dicha deuda pueda ser derivada y exigida a las nuevas adjudicatarias. Así lo relata el vicerrector en una nota interna remitida al personal de la UCO y a los estudiantes, en la que también apunta que hay que tener en cuenta la obligación de subrogar al personal que impone el propio convenio de la hostelería. En la misiva asegura que la deuda no había sido notificada por la Seguridad Social a la Universidad.

Cubero, quien en su nota ruega disculpas por las molestias, plantea fórmulas para paliar en lo posible la falta del servicio, como «reforzar el servicio con máquinas de vending» en las instalaciones afectadas.