La Universidad de Córdoba se prepara a contra reloj para que el próximo 9 de septiembre los alumnos, profesores y PAS puedan comenzar el curso de manera presencial, si se da el escenario A, pues el B sería el del confinamiento y clases telemáticas de nuevo. Para ello, está realizando una importante inversión, que le ha dejado sin crédito para otras actuaciones, pero que espera recuperar si llega el dinero prometido por Pedro Sánchez a las comunidades autónomas para sufragar gastos en educación y universidades. Así lo explica el vicerrector de Coordinación, Infraestructuras y Sostenibilidad, Antonio Cubero, que estima este montante en unos 2,5 millones de euros, «con lo que compensaríamos estos gastos extraordinarios».

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Para empezar, dado que es preciso garantizar la distancia social y en la UCO hay grupos de alumnos grandes, «estamos poniendo en solfa espacios que no eran docentes». Así, el gran salón de actos Juan XXIII del campus de Rabanales se llenará de sillas, pantallas y pizarras para convertirse en un gran aula para 180 alumnos, con espacios laterales para almacenar los bancos actuales. Cubero señala que se limitarán los grandes actos en este espacio, y solo se utilizará para el acto inaugural del curso y la entrega de premios Santo Tomás de Aquino.

Además, ya está terminada la rampa de acceso que evita las escaleras, algo muy demandado, «y que ha sido muy bien resuelta por Clemente Lara, pues no rompe la estética de la entrada», apunta el vicerrector. Otros espacios que se están habilitando para aulas son la sala de usos múltiples de Rabanales y otra similar al lado, así como el comedor y el salón de actos del colegio mayor Séneca.

Además, se han comprado 200 videocámaras, con sistema de micrófonos y audio sincronizados, cuyo coste se eleva a casi 300.000 euros, a los que habría que sumar otros 100.000 para la red informática, reforzando y renovando muchos sistemas de transmisión de datos en red. También es novedoso que cada pupitre llevará asociado un código QR que el alumno o profesor activa, de manera que si se produce un contagio, enseguida puede verse esa persona en qué clase ha estado y con quién se ha juntado.

Coworking

Antonio Cubero también destaca una «obra muy interesante» que se ha empezado a realizar en Rabanales, donde estaban las secretarías. «Se trata de un espacio de coworking, con un diseño muy bonito, super actual y que servirá para promover el emprendimiento».

Sin embargo, otras grandes obras están a la espera de licencia de Urbanismo y de fondos. Por ejemplo, la ejecución de un edificio para despachos en el patio de los cipreses de la Facultad de Derecho, con planta baja y planta primera, que «son muy necesarios», pero que la Gerencia de Urbanismo ha echado para atrás alegando que necesita el proyecto completo junto a otra obra en Derecho, que es un aulario. «No lo entendemos, son cosas independientes, y esto no los retrasa todo», comenta Cubero.

De otra parte, el vicerrector afirma que se ha quedado «sin crédito», debido a los gastos de la pandemia, para acometer otra obra necesaria, el segundo edificio en la parcela que la UCO tiene en el Vial Norte, donde se proyecta un gran aulario por un importe de más de 300.000 euros el proyecto, pero «hasta septiembre u octubre no podré sacarlo a concurso», con la idea de que en el primer semestre del año se ejecute, por un presupuesto que se eleva a los 7 millones de euros.

La urbanización del campus de Rabanales es otro proyecto en espera de financiación. Cubero señala que se necesitarán en torno a 11 millones para las dos primeras fases, presupuesto que reclaman a la Junta de Andalucía.

419.000 euros para 54 obras menores

El consejo de Gobierno de la UCO ha atendido un 65% de las peticiones de obras menores de acondicionamiento y mejora en las escuelas y facultades, de forma que ha aprobado una partida de 419.039,87 euros para lo que se denominan obras RAM, es decir, obras menores de mantenimiento y mejora con más o menos carácter de necesidad o urgencia, que suelen tener un presupuesto bajo, y cuyos recursos salen de la propia financiación operativa que la Junta de Andalucía transfiere a la UCO.

Como explicó el vicerrector de Infraestructuras, con este dinero se acometeránun total de 54 actuaciones, a las que hay que sumar 100.000 euros para trabajos de pintura en las diez facultades y escuelas de la UCO, a razón de 10.000 euros por cada centro.

Estas obras van desde terminar de rehabilitar el edificio de gobierno en Rabanales, que se ha ido haciendo por partes y queda el hall de entrada, a reparación de goteras, reasfaltado de zonas de aparcamiento, rampas de acceso en algunos centros, una parte de climatización de la Escuela Politécnica de Belmez y de la Facultad de Filosofía, cambios de solería o arreglar la baranda del Claustro de la Facultad de Derecho. «Es una especie de picoteo de cosas muy necesarias, de arreglos de espacios que se van deteriorando», apunta Cubero.

Este año, los centros han pedido actuaciones en torno a 670.000 euros, pero solo se podrá acometer un 65% de los solicitado. Otra obra que se va a acometer, muy necesaria, es la de unos aseos en el salón de actos Juan XXIII de Rabanales, «estéticamente acordes con el estilo del edifico», muy adecuados ahora que este espacio se va a convertir en una gran aula para dar clase.