Los casos de conocidos políticos a nivel nacional que supuestamente plagiaron sus tesis o trabajos fin de máster levantaron las sospechas hacia la comunidad universitaria ante el fácil copia-pega de los alumnos en los distintos trabajos de clase. Pero las universidades estaban preparadas, al menos las de Córdoba, para defenderse del plagio, y tanto la Universidad de Córdoba (UCO) como la privada Loyola Andalucía utilizan la misma herramienta informática, Turnitin, para detectar o descartar sospechas de fraude en los trabajos académicos presentados por alumnos o profesores.

La UCO se considera pionera en ofrecer a los profesores una herramienta con la que identificar similitudes en los trabajos de los alumnos. Así, la aplicación de este sistema antiplagio a través de Turnitin lo instaló en el curso 2015-2016. Y los datos de los últimos cursos son sorprendentes, ya que el curso pasado, en 3.230 informes de antiplagio emitidos, a petición de 481 profesores, se detectaron indicios de plagio en 3.143, un 97,3%, pues solo 87 de los trabajos dieron un 0% de similitudes, o sea, limpios de plagio. Sin embargo, 1.691 presentaron similitudes de entre el 1-24%; 898, entre 25-49%; 280, entre 50-74%, y 274, entre 75-100%, tras someterse al Turnitin.

Este curso ha subido un 16,6% el número de trabajos que se han presentado para someterse al sistema antiplagio: de los 2.704 del 2018 a los 3.141 del 2019, según los datos facilitados por el profesor Juan Antonio Caballero, coordinador general de Adaptación de Infraestructuras Estratégicas de la UCO, que explica que la utilización de esta herramienta, que se controla desde la Biblioteca, no es obligatoria, cada profesor puede solicitarla cuando lo vea necesario, pero ahora mismo quienes más la utilizan son los profesores que dirigen los trabajos fin de grado (TFG) o los que lo solicitan para trabajos de clase de sus alumnos. La UCO deja claro en su web que el programa Turnitin permite «detectar copias entre fragmentos de documentos e informa del porcentaje de copia y de las fuentes utilizadas. Proporciona una ayuda adicional al profesor a la hora de evaluar los trabajos de sus estudiantes», pero «en ningún caso este sistema automático pretende sustituir la valoración cualitativa que el profesor debe realizar de los documentos». Cada vez son más profesores los que solicitan utilizar este sistema, ya que si en el 2018 lo pidieron 357 docentes, en el 2019 fueron 481 los que decidieron someter al antiplagio los trabajos de sus alumnos. Sin embargo, según Caballero, es un porcentaje muy bajo en relación al total de profesores de la UCO, que llega a unos 1.500.

Después de conocer el índice de similitudes que tiene un trabajo fin de grado o máster, una tesis o cualquier otro presentado, el profesor tiene libertad para decidir qué hacer al respecto. «Sé que hay profesores que con solo ver una cita sin decir su autoría suspende al alumno», señala Juan Antonio Caballero. Lo que sí está claro es que «el profesor de la UCO que quiera utilizar esta herramienta para controlar el plagio, la tiene desde el primer momento», afirma Caballero, que fue vicerrector de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones en el primer mandato del rector Gómez Villamandos.

MÁS USO EN HUMANIDADES / Según Caballero, el Turnitin se emplea muy poco para verificar los trabajos fin de máster o las tesis doctorales. En su opinión, «copiar en una tesis doctoral es muy complicado, porque existen muchos filtros», ya que el director de la tesis es un especialista, muy pendiente del trabajo, «que sabe mejor que el Turnitin si hay plagio o no».

De otra parte, se utiliza más en las áreas de Humanidades que en Ciencias, ya que en los trabajos científicos el sistema antiplagio tiene más difícil detectar por ejemplo fórmulas o números. De hecho, algunos profesores constatan que la herramienta Turnitin no es infalible. Sirve para detectar los casos más burdos, aquellos en los que un trabajo contiene párrafos enteros que han sido copiados sin cambiar una coma. Pero estos programas son menos eficaces ante plagios más creativos, en los que se cambian de orden algunas frases.