«La figura del recepcionista va a desaparecer en los próximos diez años», augura Fernando Gallardo, ponente del seminario ‘Nuevas profesiones en la industria turística del siglo XXI’, que ayer se celebró en el centro de recepción de visitantes de Córdoba. Y no es que tenga una bola de cristal. Gallardo, periodista y analista de tendencias hoteleras, lleva años estudiando la evolución de un sector que, como tantos, no se está librando de la revolución que traen consigo las nuevas tecnologías. ¿Significa esto, entonces, que los recepcionistas de hoy están abocados al paro? «No, todo lo contrario. La tecnología les está liberando de tareas burocráticas y les brinda una excelente oportunidad para saltar a un concepto de profesional que podríamos llamar: gestor de experiencia del cliente». Y este solo es un ejemplo de como van a desaparecer y surgir nuevas profesiones en torno al turismo.

Porque según Gallardo, «el futuro pasa por el turismo de experiencias más que por el turismo de venta de camas». Gracias al big data, el análisis de datos masivos, una empresa puede conocer hoy mejor que nunca cuáles son los gustos e intereses de sus clientes. Imagine el lector una potente herramienta informática que analiza los miles de millones de me gusta de los usuarios de Facebook sobre aspectos relacionados con viajes y turismo. Las redes sociales saben más de nosotros que nosotros mismos y toda esa información está ahí para que las empresas diseñen sus estrategias, creen aplicaciones y abran nuevas vías de negocio. Oportunidades.

De todo habló Gallardo ante un auditorio de unas sesenta personas, la mayoría directivos y empresarios hoteleros. «Las empresas del futuro no van a competir por ser mejores -les dijo- sino por ser diferentes». Será crucial la innovación, y Córdoba está en el buen camino. «No es que tenga una mirada complaciente, pero veo una gran profesionalidad».

Así las cosas, ¿qué traerá el futuro más inmediato? «Córdoba es una ciudad a la que he venido mucho, tengo lazos familiares, y creo que, en turismo, su futuro más inmediato está en el boom de los hoteles con encanto, que se van a multiplicar». Hoteles con encanto y gestores de experiencias en vez de recepcionistas, podríamos añadir. ¿No es acaso esta la ciudad de los sentidos?