Los autores del estudio destacan, a pesar de los pocos resultados, «el gran esfuerzo realizado por la comunidad educativa» que trabaja en Palmeras y las actuaciones que se han realizado en este tiempo y concluye su análisis con 13 medidas que consideran «imprescindibles» para reducir la tasa de fracaso y abandono escolar.

Así, en la barriada se constituyó el 3 de octubre del 2007 el Equipo Técnico de Absentismo Escolar (ETAE), en el que trabaja un equipo interdisciplinar coordinado entre profesionales del ámbito socioeducativo y distintas administraciones. Los dos CEIP del barrio se han convertido en Comunidades de Aprendizaje, lo que significa que son centros abiertos a todos los miembros de la comunidad. Por otro lado, existe el programa Acompaña2, de los servicios sociales comunitarios del Ayuntamiento de Córdoba, y el Plan integral de Palmeras, presentado en el 2016 por el movimiento vecinal. Además, desde el año pasado, la Universidad de Córdoba ha puesto en marcha un programa de ayudas para alumnos del barrio que quieran acceder a los estudios universitarios.

Junto a esto, Manu Ríos y Violeta Veredas proponen 13 medidas concretas para revertir esta preocupante situación. Entre ellas, creen necesario ampliar la oferta educativa para el alumnado de Secundaria, de forma que se pueda contar con Formación Profesional Básica en el distrito, así como poder cursar la segunda etapa de la ESO en el mismo. Para ello, proponen buscar la eficiencia de recursos, por ejemplo, fusionando colegios que, por el escaso volumen de alumnado, tienen unidades mixtas. Así, dicen, se podría liberar uno de los centros para impartir Secundaria en el distrito, «lo que sería un paso de gigante a la hora de poder acompañar y apoyar al alumnado, hacerle un seguimiento más estrecho y realizar una intervención socioeducativa con posibilidad de éxito».

Igualmente, consideran necesario bajar la ratio para garantizar una mejor atención a la diversidad del alumnado; fomentar la constitución de los centros de la zona en comunidades de aprendizaje que buscasen la participación de las familias, la universidad y asociaciones sin ánimo de lucro para la puesta en marcha de prácticas educativas de éxito; avanzar en un modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos para mejorar la convivencia; abrir la escuela al barrio y la comunidad, de forma que las instalaciones escolares se conviertan en un recurso cultural más para el barrio o desarrollar programas que reduzcan la brecha de género. C.A.