La crisis sanitaria nos ha cambiado, no ya para bien o para mal, que eso cada uno sabrá, pero sí es cierto que todos, de una forma u otra, nos hemos replanteado si nuestra forma de vida era la adecuada, si había rutinas y formas de llevar el día a día que pudieran mejorar.

Por que ¿quién de los que vive en un piso no ha soñado durante los meses de confinamiento con un jardín o una terraza amplia, con contemplar los árboles a la caída de la tarde, con que el silencio, a veces insoportable, de las ciudades, se rompiera con el crujir de una rama o el sonido de la lluvia al caer sobre la tierra? Pues eso.

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Lo mismo les ha ocurrido a muchas familias que habitualmente residen en Córdoba y que (¡oh, afortunados!) tienen una casa en Trassierra. No se lo pensaron dos veces y en cuanto tuvieron oportunidad subieron a los niños en el coche y tiraron para arriba. Y aquí siguen. Y si la cosa se pone fea, de aquí no hay quien les mueva.

Eso mismo es lo que les pasó por la cabeza a Pepe y a Mati , padres de dos hijos de 6 y 10 años. Los padres de ambos tienen vivienda en Santa María de Trassierra así que en cuanto anunciaron el estado de alarma, y un día antes de que comenzara el confinamiento, se instalaron en la casa de uno de ellos.

«Mientras que podamos seguiremos aquí», dice Pepe. «Cuando termine el periodo vacacional escolar y los niños se incorporen al colegio, si se incorporan, entonces volveremos a la ciudad».

Optaron por subir a Santa María de Trassierra porque «aquí es más fácil mantener la distancia social». Continúan en la barriada dado que ahora, cuando aprieta el calor durante los meses de verano, «las condiciones de vida en la ciudad son mucho más duras» y las temperaturas más elevadas, especialmente por las noches, cuando el fuego del asfalto no da tregua alguna al sueño.

Su trabajo también les ha permitido permanecer tranquilos arriba. Ambos son profesores de Secundaria y han podido teletrabajar sin problemas y organizarse con los niños. Como ellos otros muchos vecinos de Córdoba han traslado sus domicilios de manera más o menos temporal a la sierra. Quienes tenían una segunda vivienda la han vuelto a llenar de vida y otros la han alquilado.

Hoy esta última opción es prácticamente inviable porque todo está ocupado. Hagan la prueba, busquen en Internet una casa para verano en la sierra de Córdoba y verán que hay muy pocas opciones. Alguien se les ha adelantado.

De hecho la población de Santa María de Trassierra se ha multiplicado. Juan Manuel Luque, presidente del Consejo de Distrito contaba que lleva más de 22 años residiendo en esta zona «y nunca he visto tanta gente en la sierra».

Ahora, explica, «hay el doble de cualquier temporada de verano», entre otras cuestiones «por el miedo» al contagio «y la psicosis» que ha generado en muchos. No han vuelto a la ciudad por precaución.

Por eso Juan Manuel dice que «este va a ser el verano más largo en Trassierra», ya que «va a durar desde el 13 de marzo hasta septiembre, si tenemos suerte y no pasa nada».

Los comercios y establecimientos de Santa María de Trassierra y las urbanizaciones cercanas también han notado esta afluencia de gente. Y si no que se lo digan a a Juan de Dios, titular de la farmacia de la barriada periférica.

Juan de Dios explica que esperaban tener más vecinos, «pero quizá no tantos». «Y es que todo el que ha tenido la oportunidad de tener su casa disponible se ha subido».

«En la farmacia los conocemos a todos, porque es gente que viene durante el año, pero en fines de semana, en festivos y en verano». Sin embargo este año «les hemos tenido más presentes durante el invierno».

Continúa recibiendo a clientes a diario, y ahora ha decido contratar a una persona que eche un mano, a alguien que le ayude a él y a su auxiliar «a llegar vivos a septiembre» después del volumen de trabajo que han tenido. Y el que esperan.

Y mientras el calor sigue apretando. Por eso Juan Manuel, el presidente del Consejo de Distrito se encarga de recordar el peligro que cada verano se ciñe sobre la sierra de Córdoba: el fuego. Así que pide a los vecinos y a los responsables políticos que no pierdan de vista este asunto. Porque, no lo olviden, ahora hay mucha gente y es vital.