La Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba ha vivido, de manera simulada, una terrible tragedia en la que se ha puesto a prueba la coordinación y la rapidez de actuación de los distintos cuerpos y efectivos de emergencias de la ciudad, pero muy especialmente la pericia de los alumnos del Máster de Urgencias y Emergencias de Enfermería que, para conmemorar los diez años de esta disciplina, han organizado esta simulación.

Se trataba de actuar tras una explosión en la que habían producido 23 víctimas en total, dos de ellas fallecidas. Según fue explicando Coral Chacón, coordinadora del 061 de Córdoba, había que escenificar tres situaciones de emergencias distintas. La primera era la más grave y el origen de las otras dos, pues fue una explosión en la que habían fallecido dos personas y 8 más habían resultado heridas. Inmediatamente se activan los efectivos policiales, con los Tedax incluidos, que se encargan de inspeccionar el lugar para garantizar que está libre de riesgos para que puedan intervenir los sanitarios, que van evacuando a las víctimas a un punto de triaje fuera de peligro y de allí al hospital de campaña, de donde acaban siendo trasladados al centro hospitalario más cercano.

UN ESCENARIO QUE SE VA COMPLICANDO

Como consecuencia de esta explosión, el escenario se complica porque se produce un accidente de tráfico con siete heridos, ante lo que los bomberos se emplean a fondo para evacuar a los heridos, no sin antes liberarlos de entre las chapas del turismo. Los alumnos, convertidos ya en efectivos de las asistencias sanitarias, se aplican para trasladar lo antes posible a los heridos, que presentan todo tipo de daños. En este caso, no es menor el mérito de los figurantes que eran estudiantes del Bachillerato de Artes Escénicas, Música y Danza del instituto López Neira y que llenaron de realismo y drama (fingido) la escena que se desarrollaba a las puertas de la facultad, en la que también se dieron cita algunos alumnos del IES Fuensanta, para participar también como extras.

El último de los episodios se refería a un espacio de descontaminación de las personas que, supuestamente, se habían visto afectadas, tras la explosión, por la emanación de alguna sustancia contaminante o perjudicial para ser humano.

A esa hora, los aparcamientos de la Facultad de Medicina, Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Córdoba estaban completamente ocupados por carpas, ambulancias, coches patrulla y camiones del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento, alrededor de los cuales corrían y daban indicaciones médicos, enfermeros, voluntarios, policías y bomberos y a pocos metros de ellos, los testigos (curiosos) que no suelen faltar ni siquiera en las tragedias de verdad.