Hace un año, Juan Carlos Corral, un militar que trabaja en el botiquín de la base de Cerro Muriano, tuvo la «locura», como él dice, de implicar a otros amigos y compañeros en un proyecto al que estaba deseando darle forma porque «yo veía y me contaban que muchas personas fallecían porque sus allegados no estaban preparados, tardaban las ambulancias y no sabían qué hacer». Corral cuenta que «teníamos formación, capacidad y ganas de ayudar» y embarcó a dos estudiantes de Medicina, una enfermera y unos 8 técnicos en el proyecto Todos preparados que, de momento, solo funciona a través de Facebook, pero «queremos constituirnos en asociación».

Así pues, de forma altruista y totalmente gratuita, este grupo de profesionales ofrece sus conocimientos para impartirlos a quien los desee, desde colegios, a empresas o colectivos. De momento, explica Juan Carlos Corral, «estamos yendo a colegios, nos llaman las AMPA y se quedan muy contentos» porque «lo hacemos de forma muy dinámica y práctica y, como somos distintos profesionales, abarcamos una temática amplia».

Junto a colegios e institutos a los que están yendo, van a desarrollar también un proyecto con el club La Palomera para formar en primeros auxilios a grupos de fútbol, ciclismo y gimnasia rítmica.

Juan Carlos Corral explica que, cuando llegan a un centro, primero preguntan si hay patologías especiales, si hay niños con autismo, síndrome Down, asperger o cualquier otra necesidad especial, para «adaptarnos a sus necesidades». En primer lugar, cuenta, les explican cómo avisar a los servicios sanitarios si se encuentran con una emergencia, pues «a veces desconocen los números del 112 y el 061 y no saben cómo dar la información cuando llaman». Después, la cadena de supervivencia, los tres pasos que hay que llevar a cabo antes de llamar a una ambulancia: proteger, avisar y socorrer.

«Cuando nos encontramos un accidente, queremos enseguida ayudar, y no nos percatamos de que puede haber también peligro para nosotros», advierte este militar, que es auxiliar de enfermería. En sus formaciones, explican también la reanimación cardiopulmonar y la obstrucción de vías aéreas, «que es una de las cosas que más preocupan a los padres con niños pequeños, el cómo proceder ante un atragantamiento». Hace poco, un niño de 4 años salvó la vida de su madre al llamar al 112 para avisar de la indisposición de ésta, que se encontraba tumbada en el suelo y apenas podía moverse y tuvo que ser atendida en el domicilio por efectivos sanitarios. Este incidente, comenta Corral, indica que «todo el mundo, incluso los niños, con un mínimo de conocimientos, pueden salvar una vida». Para ellos, es «una satisfacción saber que estamos echando una mano». Todos tienen su trabajo y esta formación la realizan en su tiempo libre, pero, como dice Corral, «no hay cosa más bonita que saber que lo que estamos transmitiendo está sirviendo». Por ahora, se contacta con ellos a través de Facebook.