La Asociación de Familias Necesitadas ha cumplido este verano su sueño de trasladarse a una nueva sede reformada, pintada y arreglada gracias a la ayuda en especie de muchos socios agradecidos. Cuatro años después de su fundación, seis personas trabajan a diario sin remuneración en una entidad que funciona casi exclusivamente con la cuota de sus socios. Tras pasar por varios locales «de prestado», desde junio se les puede encontrar en calle San Acisclo 34. En el despacho de Rafael Cidres, se acumulan montoncitos de cartas dirigidas a Ayuntamiento, Diputación, Junta y Gobierno de España, a los que en breve trasladarán sus reclamaciones.

-¿Cuál será su reclamación al Gobierno central?

-Hemos pedido una reunión con el presidente del Gobierno para que se reforme la ley de la vivienda, hemos estudiado lo que pide la PAH y está muy bien, pero se queda corta. Nosotros vamos más allá de la dación en pago y quitar viviendas a los bancos, queremos, por ejemplo, que se amplíe el código de buenas prácticas a las hipotecas posteriores al 2012 o que la reestructuración de la deuda hipotecaria no se aplique solo a las personas que están en el umbral de la exclusión social.

-¿Y al Ayuntamiento>

-El alcalde dijo en campaña que lo primero que haría cuando fuera alcalde sería firmar un convenio con Anfane, lo tengo grabado y estamos esperando. Creemos que en el tema de la vivienda el Ayuntamiento es lento y necesita colaborar con entidades externas.

-¿Cómo valora el trabajo de la Oficina Municipal de la Vivienda?

-Creo que se está gestionando mal, los trabajadores hacen lo que pueden, pero la lista de espera es brutal, no puedes ir a pedir cita porque tienes un aviso de desahucio y que te la den para tres meses después, porque entonces estás ya fuera. Creo que falta trabajo de calle, negociar con los bancos, aquí llegan familias a las que les dicen que vayan cuando tengan la orden de lanzamiento, cuando deberían ir en cuanto vean que no pueden pagar, para empezar a trabajar. Hay que pedir ayuda cuanto antes. Y luego está la oficina de la Junta, esa que tiene un nombre tan largo, pero que no da respuesta a los problemas.

-¿Tiene usted alguna aspiración política?

-No, no tengo ninguna. Me encanta la política, pero como soy tan claro defendiendo los derechos no creo que encajara en ningún partido. Yo no voy a votar la ideología de un partido si hace daño a las familias. Me considero una persona de centro, odio los radicalismos de izquierda y derecha, me gustan cosas de todos los partidos, pero no sé dónde está el centro en España.

-Anfane echó a andar en el 2015, en plena crisis. ¿Sigue habiendo mucha necesidad en Córdoba?

-Este año, ha habido un repunte. Nosotros llevamos hasta ahora 126 familias nuevas atendidas, 95 por temas relacionados con la vivienda, una cifra mayor que la del año pasado por estas fechas.

-¿Cómo llegan los usuarios a la asociación?

-Vienen porque nos ven en redes sociales, cada vez que se resuelve un caso y lo publicamos, llama más gente. Piensan que si hemos podido ayudar a esa familia, quizás lo suyo tenga arreglo. Ya vamos por casi 900 asociados, pero solo unos 300 pagan la cuota, que está en 3,3 euros al mes, porque algunos no pueden pagar.

-Usted pasó por un desahucio. ¿Cómo se resolvió su caso?

-Con mucho sufrimiento. Stop Desahucios fue mi salvación en ese momento, cuando trabajaban contra los casos de familias con hipoteca, aquello fue una catapulta para mí. Estaba hundido, no sabía qué hacer y poco a poco me fui sintiendo más fuerte y me puse a estudiar. Hice una prueba piloto sobre mi caso y, después de tres años, con ayuda de la abogada de oficio, recuperamos el piso. Entonces me dije que iba a intentar que nadie pasara lo que yo había vivido.

-Un desahucio reversible.

-Todos lo son si se cogen a tiempo. Si algo es ilegal, es ilegal, hay que mirarlo todo para ponerlo en manos de la justicia, estudiar bien los lanzamientos con cláusulas abusivas y cláusulas de vencimiento anticipado porque todo se puede reclamar.

-¿Cuántos casos ha perdido en estos cuatro años de Anfane?

-Ninguna familia se ha quedado en la calle. Si no están en sus casas es porque el caso llegó demasiado tarde y están en otra vivienda de alquiler social.

-Se ha curtido negociando con los bancos para evitar desalojos. ¿Cómo le reciben?

-Muy bien. Ha costado mucho trabajo, en Stop Desahucios aprendí que había que entrar en los bancos con vergüenza y educación, sin perder los estribos, porque los empleados de banca no tienen la culpa. Las protestas se usaron como medida de presión y el primer año de Anfane fue duro. Cuando llegábamos a una entidad, nos sacaban las uñas, pero nos dimos cuenta de que ya no había que pegar voces y nos centramos en negociar. Ahora estamos llegando a acuerdos con todos los bancos.

-¿Qué han aprendido los bancos?

-Se han tenido que bajar del pedestal, no les ha quedado más remedio. Han cambiado porque se le ha obligado, no podían soportar encierros, protestas, detenciones y entidades cerradas cada día.

-Usted asegura que el problema de la vivienda se puede arreglar a medio plazo. ¿Con qué receta?

-Creo que el Gobierno, y se lo vamos a pedir, tiene que exigir por ley que los bancos entreguen al fondo estatal de vivienda una parte de los pisos que se adjudiquen por dación en pago o ejecución hipotecaria. Sobre todo, las entidades que han sido rescatadas, que podrían así devolver parte de lo que se les dio. Con esas viviendas y los contratos de alquiler que se están firmando, por periodos de 7 años con la nueva ley, más las viviendas sociales que debe construir la Administración con precios asequibles de venta y alquiler, se acabaría con la burbuja y con el problema de la vivienda.

-A diferencia de Stop Desahucios, Anfane está contra la ocupación. ¿Qué debe hacer una familia en emergencia habitacional si no hay vivienda?

-Solo defendemos la ocupación de la propia vivienda tras un desalojo, pero entendemos que vivir no puede ser gratis. Hay que estudiar caso por caso y buscar ayudas para quien no puede pagar, y gestionar bien el parque de vivienda pública. Hay muchas viviendas de AVRA o de Vimcorsa con alquileres mínimos que no se pagan mientras hay familias que quieren pagar y se quedan en la calle.

-Anfane ha abierto el abanico y no solo trata temas de vivienda.

-Nos dimos cuenta de que muchas familias pedían ayuda por su vivienda, pero detrás había otros problemas como la violencia de género y otras formas de violencia intrafamiliar, y nos pusimos con ello. Además de asesoría jurídica, tenemos ayuda psicológica para los socios. Además, queremos tratar otros temas como el ciberacoso, con charlas y talleres.

-Hoy, 10 de septiembre, se hacen públicas las conclusiones del abogado general de la Unión Europea sobre el IRPH para préstamos hipotecarios, que puede obligar a los bancos a devolver unos 20.000 euros por afectado. ¿Qué cree que va a pasar?

-Yo creo que dará la razón al consumidor. Algunos bancos van a sufrir un gran varapalo, entre ellos Kutxabank o UCI, que hasta hace tres años daba todas las hipotecas con IRPH. Y a nivel usuario, pasará como con las cláusulas suelo, habrá que empezar a preparar reclamaciones. En esto, me gustaría decir que la banca no nos ha robado, la ley estaba de su parte. Están haciendo mucho daño con las comisiones y cuando ibas a firmar en el notario, nadie te decía nada del suelo, eso lo dicen ahora, pero el problema con las hipotecas es que ningún gobierno se ha atrevido a cambiar la ley hipotecaria de 1945 hasta el 2019.

-A día de hoy, ¿a sus hijos le aconseja alquiler o hipoteca?

-De momento, alquiler y que esperen a los pisos de 90.000 euros que el PP ha dicho que va a construir en Córdoba, los quiero ver.