La huella de Roma en Córdoba, los restos arqueológicos de la que fue capital de la Bética, se diseminan por buena parte de la ciudad. Algunos son fácilmente identificables y conocidos, como el templo de la calle Claudio Marcelo o los túmulos funerarios del Paseo de la Victoria, pero hay otros muchos que se ocultan en las entrañas de edificios, públicos o privados, que pasan desapercibidos para la mayoría de la población. Son parte de la memoria de una cultura que tuvo gran importancia en la ciudad y que vieron la luz con las obras de rehabilitación o de construcción de distintos inmuebles que hoy custodian y protegen esa riqueza detrás de sus muros.

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Es el caso del actual hotel Hospes Palacio del Bailío, una antigua casa señorial del siglo XVI que perteneció a los Fernández de Córdoba y más tarde al científico y director de la Real Academia de Córdoba Rafael Castejón, que alberga en su interior los restos de una domus romana. De ella se conservan parte del patio de columnas, el peristilo y algunas habitaciones decoradas con mosaicos y pinturas murales. Es una de las más antiguas y mejor conservadas de la ciudad y para encontrar su origen debemos remontarnos al siglo I, según se recoge en la Guía arqueológica de Córdoba, dirigida por el catedrático de Arqueología de la UCO Desiderio Vaquerizo. Hoy esos restos se pueden contemplar en los bajos del hotel, protegidos por un suelo de cristal que deja ver el sótano desde la primera planta

Existen otros vestigios de vivienda romana, como los que la lujosa villa localizada en la actual calle Algarrobo durante las obras de construcción de un nuevo edificio. Entre las joyas que se conservan se encuentran los restos del peristilo, una fuente octogonal adornada con un mosaico de temática marina y diversas habitaciones.

En el centro de la ciudad, junto a la plaza de Las Tendillas, se conserva un conjunto termal que hoy forma parte de un patio de viviendas de la calle Duque de Hornachuelos y que sufrió diversas transformaciones durante su larga vida, desde la época republicana hasta la tardoantigua. Hoy se pueden contemplar mosaicos policromados con decoración geométrica, fustes de columnas y buena parte de la infraestructura hidráulica y del pavimento de los baños. Y bajo el suelo, en el sótano del edificio, se encuentran restos de la primera calle peatonal de Córdoba documentada hasta la fecha, según el profesor de la UCO e investigador del Ramón y Cajal Antonio Monterroso, ya que «en las losas de la calle hay muchas tablas de juego», como las tres en raya, señal de que no había mucho tráfico de carros en esa época. Así que en esta calle la población romana disfrutaba de este tipo de entretenimientos.

Esfuerzo de conservación

Monterroso señala que se ha hecho un esfuerzo «significativo» en la ciudad por preservar esa memoria histórica y cultural, tanto por parte de los promotores como por las comunidades de vecinos que las custodian. En este sentido, el profesor señala que muchos de los proyectos de construcción que se han presentado «ha habido que cambiarlos», ya que donde, por ejemplo, «se iba a hacer un determinado número de cocheras ya no se pueden hacer tantas» y «muchos promotores han hecho ese esfuerzo». A igual que las comunidades de vecinos y propietarios de inmuebles con restos arqueológicos, responsables del mantenimiento y limpieza de estos bienes. Unos bienes que están sujetos a inspecciones por parte de la Junta de Andalucía, que es la administración competente. Con todo, subraya Monterroso, «si se viera ese puzzle» diseminado por Córdoba «sería una ciudad monumentalmente romana».

Secretos bien conservados

Junto a las viviendas y termas, en la calle Morería, en el sótano del Colegio de Abogados de Córdoba, encontramos restos de la cimentación de un templo del forum novum, un foro nuevo situado al sur del foro de la colonia que se ubicaba en la confluencia de las actuales calles Cruz Conde y Góngora. Existen numerosos estudios sobre el trazado urbanístico de esta zona, como los realizados por María Dolores Baena, directora del Museo Arqueológico, o los catedráticos Carlos Márquez Moreno y Desiderio Vaquerizo, entre otros. A poca distancia, en la confluencia de Ronda de los Tejares con el bulevar del Gran Capitán, donde se encuentra la sede Cajasur, aún son visibles restos de la muralla romana de la ciudad que salieron a la luz en los años 80 del pasado siglo.

Hay otros muchos ejemplos: el monumento funerario de los sótanos de la Diputación, los acueductos encontrados en la estación de autobuses, los restos del área residencial del centro de salud de Lucano o una inscripción honorífica sobre una columna de la calle Encarnación. Son algunos de los secretos de Córdoba.