Cualquiera con un mínimo de curiosidad no ya científica, sino cultural, pudo pasárselo a lo grande ayer en el Vial Norte, en el 9º Paseo por la Ciencia, que organizaron los 40 profesores de la Asociación del Profesorado de Córdoba por la Cultura Científica junto a numerosas entidades colaboradoras. Y si encima el visitante se dejaba encandilar por el gracejo y la simpatía con la que los pequeños explicaban con sus palabras las sesudas teorías, postulados y leyes físicas y químicas... el disfrute estaba asegurado.

Así, Según explicaba la profesora María Ropero, entre 600 participantes de 12 colegios (cuatro de ellos de la provincia) e invitados de lujo como el Jardín Botánico de Córdoba o el Museo Principia de Málaga (hicieron las delicias de los presentes), el visitante podía ver experimentos tan curiosos como o el uso de limones como conductores eléctricos (que mostraban unas risueñas Olivia Carretero y Nuria Jiménez, de 6º, del colegio Al-Andalus, o un trabuquete (una especie de catapulta de asedio) de Javier Amador, Pedro Vidal y Juan Ramón Mateos, del Al-Zahir, un aparato que puede lanzar proyectiles a 36 metros y que presentaban con un tríptico editado al efecto.

Y es que en la feria todos los experimentos parecían de primera división. Incluso quién sabe si también había en esta liga algún ojeador para fichar futuros genios. Al menos, los cuatro equipos de la Universidad de Córdoba presentes este año en la feria distribuyeron toda la información posible sobre lo que se puede investigar en la UCO y, para demostrarlo, llevaron a la muestra material pesado científico , como un dron que algún pequeño veía, medio en broma medio en serio, como una "competencia desleal" porque "cuando lo sacan, no se fijan en mi experimento". En todo caso, la pequeña aeronave no tripulada hizo las delicias de todos, grandes y pequeños.

La feria, eso sí, tuvo este año un cierto carácter reivindicativo sobre la importancia de las ciencias experimentales como parte de la cultura y elemento básico de la educación. Y es que, pese a su juventud, hasta el popular doctor Sheldon Cooper de la serie Big Bang Theory hizo experimentos como los que ayer reprodujeron en Córdoba, aunque fuera, como también se pudo ver, usando platos para el castizo salmorejo.