-En su visita de estos días a Andalucía se ha reunido con Teresa Rodríguez e irán juntos a las elecciones andaluzas. ¿Qué le convence del proyecto?

--El proyecto Adelante Andalucía es un proyecto obviamente andaluz. Es un proceso muy interesante de convergencia política y social que permite ampliar la base social de las fuerzas del cambio y configurar una alternativa real de gobierno para Andalucía. No lo entendemos como una fuerza nueva y exclusiva para Andalucía. Es un proceso de construcción de convergencias estatales, una vocación de articular las alternativas de gobierno de cambio para toda España.

-¿Qué alternativa real de gobierno ve en Andalucía?

--Eso depende de lo que decida el pueblo andaluz. El PSOE no supone ningún cambio en Andalucía. Supone un modelo económico y social que ha sido incapaz de satisfacer las necesidades de nuestro pueblo. El Gobierno andaluz, dentro del PSOE, ha representado los sectores más refractarios a abrir las puertas del cambio. El PSOE gobierna con la derecha, con ciudadanos. La actitud de Susana Díaz permitió que durante dos años más, los españoles sufriéramos el gobierno de una derecha corrupta y neoliberal.

--Ahora que el Gobierno ha cambiado y está Pedro Sánchez de presidente, ¿se empieza a abrir una brecha por recuperar los derechos o son solo gestos?

--De momento, el gobierno de Pedro Sánchez es un gobierno de muchos gestos y de pocas medidas concretas. El PCE e IU somos muy exigentes con el PSOE, el cambio y la moción de censura no es para hacer solo una política de imagen. De hecho, en las primeras semanas ha habido declaraciones de los ministros que para nosotros han resultado preocupantes como las referidas a políticas de austeridad y políticas de techo de gasto. Lo único que tiene que hacer el PSOE es llevar al BOE todas las propuestas que durante los dos primeros años se han consensuado con IU y con Podemos. Propuestas que se hubieran convertido en leyes si la mesa del Congreso, controlada por PP y Ciudadanos, no hubiera tenido una actitud de filibusterismo. De momento, no se ha iniciado la contrarreforma de la Ley Mordaza, ni de la reforma Laboral, ni de las leyes fiscales. Esa es la realidad. El PSOE no tiene un cheque en blanco. Hace falta que realice actos concretos.

-Quizá lo que los ciudadanos más esperan es que se modifique la reforma laboral.

--La precariedad laboral se ha convertido en un serio problema en nuestro país, no ya el desempleo. Por primera vez, en la historia democrática de nuestro país acceder a un puesto de trabajo no significa necesariamente salir de la pobreza. Nos encontramos con capas cada vez más extensas de trabajadores que no llegan a final de mes, vuelve a surgir la pobreza infantil, la desnutrición con unos datos, unos indicadores impropios de un país supuestamente desarrollado. La causa es la precariedad laboral, la pérdida de derechos laborales y que los salarios no cubren los mínimos vitales. Una de las primeras prioridades de este gobierno debería ser acabar con esas políticas neoliberales de desregularización de las relaciones laborales, acometer una subida de los salarios y volver a garantizar los convenios colectivos con medidas legales.

--Lleva desde el 8 de abril de secretario general del PCE, ¿cuál es la principal tarea del partido?

--El PCE tiene una tarea muy importante que es organizar y estimular la movilización de los ciudadanos para garantizar que desde las calles las personas que están padeciendo los problemas sociales de negación de derechos empujen con su acción constante a las instituciones para que se hagan políticas de progreso. Incrementar nuestra presencia en cualquier lugar que haya una persona sufriendo recortes o limitaciones, organizar un amplio movimiento que presione a los gobiernos para que se hagan políticas de progreso. Convertirse en el elemento de unión o en el cemento de los procesos de unidad popular en toda España. Desde 1921, la historia del PCE ha sido la historia de la unión popular para lograr el cambio sin sectarismos y con amplitud de miras.

-¿Cree que los jóvenes conocen el papel histórico del PCE?

-Lo que hoy conocen los jóvenes es que dónde hay conflictos ahí está la militancia comunista. Eso, sí lo conocen los jóvenes. En el movimiento feminista, en el 8 de marzo o en las movilizaciones contra la justicia patriarcal o en la huelga de Amazon. No aspiramos a vivir de nuestro pasado, tal vez sea el más ético y estamos muy orgullosos, pero nuestra fuerza está en nuestra capacidad de intervención actual. Apostamos por construir desde una postura de futuro para mejorar las condiciones de vida.

-Córdoba ha sido siempre una ciudad importante para el Partido Comunista de España. ¿Qué opina de la situación actual de militantes, de apoyo, de fuerza política?

--Córdoba tiene una importante base social y una importante presencia institucional. Es una referencia. Son considerados por la ciudadanía como una garantía para efectuar políticas de progreso. Pero somos más ambiciosos y estamos trabajando por Adelante Andalucía. Córdoba está muy implicada en ese proceso. El resultado va a ser convertir Adelante Andalucía en la primera fuerza política provincial y local.

-Su currículum como abogado en causas internacionales y nacionales es impresionante. Ha intervenido en el proceso de paz de las FARC, en el caso Couso, contra Pinochet, contra la administración de George W. Bush por Guantánamo. ¿Cómo se definiría a usted en este aspecto, porque la palabra ‘justiciero’ parece antigua, ‘activista’ se queda corta, ‘abogado de causas perdidas’ parece pobre?

-Somos abogados de causas ganadoras, si no que se lo digan a Pinochet. Yo soy un defensor de los derechos humanos como cualquier comunista. Para el PCE, el socialismo es algo tan sencillo como el respeto y el cumplimiento estricto de los derechos humanos para todas las personas. Yo, en todos esos frentes judiciales, lo que he intentado hacer es aplicar con coherencia el mandato que tiene todo comunista de garantizar los derechos humanos de todas las personas allá donde vivan.

--De todos los frentes judiciales en los que ha participado, ¿el de la paz en Colombia es el más satisfactorio?

--Bueno, este ha acabado con 52 años de guerra, que no es poca cosa. Un proceso con 8 millones de víctimas, más de 300.000 muertes y 60.000 desaparecidos. Esta cifra es superior a la provocada por las dictaduras en Latinoamérica en los años 70 y 80. Dudo mucho que haya cosas en las que se pueda participar que den más satisfacción que en el fin de una guerra.

-¿Qué opinión tiene de la sentencia del caso Bárcenas?

--Todavía no hemos llegado al juicio del caso Bárcenas. Es una pieza separada, el caso Gürtel. Ya hay una verdad judicial y es que el partido popular organizó una auténtica organización criminal. Cuando IU dijimos esto en la querella del 2013, el PP se querelló contra nosotros por injurias y calumnias. Eso es lo que ha dicho la sentencia Gürtel y que el PP se benefició de los delitos de esa organización. Acusamos al PP del robo sistemático del patrimonio público para entregárselo a grupos privados a través una acusación popular, construida por IU con una coalición política y social. Una vergüenza que este proceso no haya estado acompañado de la Fiscalía General del Estado como tal institución.

-No le veo muy contento con el poder judicial español.

--Nuestro país tiene un serio problema con el poder judicial. Es endogámico y está sustraído del control de las instituciones democráticas y no se corresponde ni su forma de actuar ni de pensar con la sociología electoral de nuestro país. No es asumible, un poder que no tenga control, ni auditoría ciudadana, ni elección ciudadana. La justicia puede ser democratizada. Ha habido dejación política. Hay espacios increíbles de impunidad como el incumplimiento de los tratados internacionales o permitir criminales impunes, sin olvidar la justicia patriarcal que entiende que una violación en grupo, que raya la tortura, sea solo abusos sexuales. Tenemos un poder judicial indigno de tener tal nombre.