Si George Lucas y Steven Spielberg decidieran algún día pasarse por Córdoba pueden tener la seguridad de que serían bien recibidos, pues cuentan ambos con una masa de seguidores nada despreciable.

Ejemplo de ello son los dos eventos que ayer se desarrollaron en la ciudad y reunieron a centenares de personas. El primero de ellos, en la Plaza de las Tres Culturas, tiene como protagonistas a los dinosaurios que Spielberg recreó en su Jurasic Park. Se trata de la exposición itinerante Dinosaurus Tour, que está siendo visitada por familias enteras que tienen que esperar largas colas para acceder a un supuesto mundo prehistórico con una veintena de ejemplares jurásicos. Desde el mítico brakiosaurus al temido tyranosaurus rex, pasando por los spinosaurus o los rápidos velociraptors se ofrecía un recorrido por lo más significativo de esa remota época.

Además, para los pequeños se ofrecía la posibilidad de practicar la paleontología o fotografiarse entre las fauces del más temido de los personajes de la emblemática serie cinematográfica.

Muy cerca de allí, en la Diputación, se celebraba por la tarde un desfile que ya desde un rato antes era esperado por una masa de seguidores entusiastas del universo creado por George Lucas en su serie de Star Wars. Se trataba del pasacalles organizado por la Legión 501, de seguidores de la saga de la Guerra de las Galaxias, a beneficio de la asociación cordobesa Sonrisa de Lunares, con la intención de recaudar fondos para la clínica de rehabilitación de esta organización benéfica.

En la comitiva se dieron cita unas 80 personas, entre niños y mayores, además de la banda de música de La Estrella, que ilustró el recorrido con la banda sonora de la serie cinematográfica. La expedición salió de la Diputación y recorrió algunas calles del centro, con un recorrido más corto de lo previsto por miedo a la lluvia, que concluyó de nuevo en el Palacio de la Merced, donde se desarrollaron actividades en torno al mundo de Darth Vader y sus compañeros de andanzas por el universo. El séquito fue saludando, sin dejar su aire marcial, a pequeños y mayores que veían cómo sus admirados personajes del celuloide habían dejado sus espectaculares naves para dejarse tocar y fotografiar en una tarde en la que el cine salió del sofá para tomar la calle.

Un soldado imperial saluda a un pequeño cordobés durante el desfile de Star Wars. Foto: SÁNCHEZ MORENO