Tras años o meses de preparación, noches sin dormir y recorridos con plazas de interinos por todos los confines de Andalucía, llegó ayer el momento de la verdad, y 3.488 personas, venidas de toda la provincia pero también de Andalucía y España, se enfrentaron a la primera prueba eliminatoria para optar a 3.800 plazas de maestros convocadas por la Junta de Andalucía en 8 especialidades, a las que aspiran también casi 32.000 personas. En principio, el examen se desarrolló sin incidentes importantes, salvo las retenciones a primera hora de la mañana en los accesos al campus de Rabanales, que provocaron muchos nervios entre los aspirantes, al ver que no llegaban a tiempo a la prueba. Pese a los trenes habilitados por Renfe, muchos decidieron llegar en su vehículo a Rabanales, y a las 8.30 horas había coches todavía en la carretera sin poder acceder, «se ha creado un cuello de botella y se han visto escenas de nerviosismo, pues estaban convocados a las 8», según relató la responsable de educación del CSIF, Elena García.

Luego, por la tarde, en las redes sociales se comentaba que en el examen de la especialidad de Pedagogía Terapéutica se habían cometido fallos en el enunciado de dos de los tres casos prácticos propuestos. También se denunciaba que en unos tribunales habían dado más tiempo que en otros, incluso con diferencias de más de media hora para resolver la prueba. Nada oficial al respecto, de momento.

Durante las casi tres horas del examen, los familiares y amigos esperaron con paciencia y nervios en el párking cercano al aulario, repleto de coches, a que los opositores terminasen. Allí esperaban dos jóvenes de Pedroche, Raquel y Daniel, novia y marido, respectivamente, de dos opositores, que habían salido a las 5.30 de la madrugada del pueblo para llegar a tiempo. Gema Franco había llegado al campus a las 6.15 de la madrugada, para no encontrar atasco. Se presentaba por segunda vez a Infantil y se mostraba contenta porque «me ha caído el mismo tema que la otra vez y el supuesto sobre el acoso escolar, que lo trabajamos mucho».

Sin embargo, María del Mar Lama, de Doña Mencía, que acabó el año pasado el grado de Magisterio, salía con «malas noticias», pues «de las tres bolas, ningún tema me lo había estudiado». Ana Belén Caballero, de Aguilar, era recibida a la salida con alegría por sus familiares. Se mostraba contenta, tras presentarse por 4º vez al examen, pues se sabía los tres temas. «Tengo una academia propia de apoyo escolar, pero ser autónoma no es lo mismo que una plaza fija», decía. Y Rafael Espejo volvía a intentarlo por quinta vez, aunque desde el 2013 trabaja de interino de Primaria por varias provincias andaluzas.