Antonio Ruiz se estrenó como secretario provincial con un discurso trufado de agradecimientos y en el que apeló a «la ilusión y al orgullo» de ser socialistas. «Soy un socialista por convicción que amo a este partido y me dejaré la piel, el esfuerzo y la capacidad en construir el PSOE fuerte, unido y ganador que todos queremos», dijo dirigiéndose a sus compañeros. Ruiz animó a sus compañeros a trabajar «sin corrientes, sin ismos, sin bandos, en unidad ya que todos los que estamos aquí somos una sola cosa: socialistas siempre, siempre, socialistas», enfatizó. En su primera intervención se comprometió a que tanto él como su ejecutiva dedicarán todo su tiempo a los alcaldes y alcaldesas de la provincia y a facilitar que las Juventudes Socialistas den un paso al frente en la organización. «No sois el futuro, sois el presente», les dijo.

El también presidente de la Diputación hizo una defensa encendida del municipalismo, que definió como «las raíces, el tronco, las ramas y las hojas» del socialismo, al tiempo que recordó que la formación gobierna en todos los grandes municipios de Córdoba, con excepción de Cabra, así como en el 60% de los municipios menores de 20.000 habitantes. «No veo ni una sola agrupación pequeña, solo veo grandes socialistas en todas y cada una de las agrupaciones de nuestra provincia», afirmó. Ruiz mencionó a su antecesor, Juan Pablo Durán, del que destacó su compañerismo y honradez; y a Isabel Ambrosio, a la que felicitó por lograr por primera vez en la última etapa democrática la Alcaldía de Córdoba: «Todo el partido está con ella».

También se refirió a la institución que preside, la Diputación, que «ha vuelto a ser una herramienta útil» y no «lo que era con el PP: un cortijo que ningunea a los alcaldes».