Hasta la churrería de Hermanos Pernía hablaba esta pasada Feria de la «sostenibilidad» de sus productos. Pero ayer, como cada año, se desmontaron 96 casetas con un coste medio para dotarlas de unos 40.000 euros, 3,84 millones entre todas, a los que hay que sumar los 200.000 euros municipales al año para recablear y acondicionar El Arenal. ¿Es eso sostenible sin instalaciones permanentes? La esperanza está en que este año, tras la Feria 2018, no se dice «vamos a hablar», sino «vamos a hacer lo hablado». Al menos eso ya es un cambio.