Soledad Murillo, socióloga feminista madrileña, investigadora y profesora, es desde el 9 de junio del 2018 secretaria de Estado de Igualdad en el Gobierno de Pedro Sánchez. No ha faltado a ningún Feminario desde hace 30 años y ayer participó en el primer debate sobre la participación social de las mujeres.

-Este Feminario se enmarca en la cuarta ola del feminismo, ¿en qué hemos avanzado respecto a la primera?

-Estamos en un momento en el que las mujeres jóvenes se han sumado a la lucha de todo lo que significa la falta de libertad sexual. Ya en el 8 de marzo del 2018 se vio de manera muy palpable, porque hablaban de su derecho a la movilidad y a no ser agredidas, como lamentablemente vemos con las noticias de las sentencias de La Manada. Hay más de cien manadas, como consta en los informes que tenemos del CGPJ. Necesitamos cambiar de manera clara la figura del abuso sexual por la de violación, porque la pena es distinta. El Ministerio de Justicia ha trabajado en ello muy seriamente pero sobrevinieron las elecciones, que fueron contra nuestra voluntad. Esto es lo que ha cambiado, ya no es un asunto de unas pocas mujeres sino de mujeres jóvenes que no están dispuestas a renunciar a sus derechos.

-¿Cómo se concretan los avances?

-Hemos avanzado en que las mujeres entienden que el feminismo, que es un movimiento político, no es un asunto de mujeres solo, sino que cambia la forma de convivencia. Se habla de la igualdad salarial, del trabajo no pagado de mujeres que trabajan en casa… Y también hemos tenido reacción de un movimiento que ha considerado que el feminismo es un movimiento sobre el que recae la sospecha de que quiere ventajas y no la justicia.

-¿El movimiento ‘#Metoo’ ha supuesto un nuevo empoderamiento de las mujeres?

-Sí, sobre todo porque toda la violencia ejercida contra las mujeres, tanto doméstica como la violencia sexual, la económica, de mujeres que se separan y se quedan empobrecidas, e incluso mujeres que han dado dinero a la casa y no consta en recibos... con este movimiento las mujeres dijeron que no eran las culpables. Teníamos la idea de que nosotras habíamos provocado una reacción. Y no, en absoluto. Si un hombre os mira mal, lo sucio no está en vosotras sino en su mirada. Y echo de menos que hubiera mayor interacción en las redes sociales por parte de hombres.

-Como socióloga, ¿qué pasa en la sociedad para que en pleno siglo XXI aún los hombres sigan matando a sus parejas?

-En todas las comunidades autónomas tenemos centros de emergencia, los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado están formados, los jueces y fiscales también… pero el problema es que no se trata en las aulas, y en las familias no se habla porque tampoco se sabe que es lo que se tiene que hablar. Cuando se habla de educación sexual en la escuela, se habla de precaución, no de que la relación sexual se basa en el consentimiento y en el mutuo placer. Se habla de órganos reproductores, de anticonceptivos, pero no hay educación sexual ni de cómo evitar la violencia. No hay una educación sexual basada en el respeto, que es el deseo del otro, y si ella dice no, es no. En los colegios no se trata el tema y en la universidad, tres personas que tengas en un aula van a sufrir violencia, lo digan o no.

-¿Es Vox una nueva amenaza para los derechos de las mujeres?

-Es el producto de no haber hablado en la escuela desde el 2008, que se quería poner Educación para la Ciudadanía, de este tema. Es una asignatura que echo mucho de menos como docente y que hablaba del respeto, a las personas de color, a las personas con orientación sexual distinta... y hemos tenido unos años que no se ha hablado de eso, ni de justicia, ni de violencia. Y ese vacío se ha llenado.

-¿Qué es hoy ser feminista?

-Ser una mujer intransigente cuando alguien te trata como si fueras su criada.

-¿Puede una mujer de derechas ser feminista?

-Una mujer puede ser feminista siempre que entienda que la emancipación genera malestar. La derecha hizo algo importante, que fue la orden de alejamiento en el año 2003. Me cuesta encontrar más ejemplos.

-¿Son las cuotas necesarias?

-Las mujeres somos el 51% de la población. La pregunta es por qué la minoría, que son hombres, no tienen cuotas.