Sol Fereres Rapoport (Córdoba, 1987), hija de dos reconocidos investigadores, vive en Oakland (San Francisco) y trabaja allí como asistente de contenidos de bioRxiv.org, organización sin ánimo de lucro impulsada por el Cold Spring Harbor Laboratory. Este instituto estadounidense, referente en el mundo en investigación biomédica, fomenta la difusión de preprints (publicaciones que se dan a conocer antes de su inserción en una revista académica o científica) en la rama de biología. La plataforma bioRxiv.org permite a investigadores de la amplia rama de la biología presentar sus trabajos a la comunidad científica, para lograr así una diseminación más rápida de la ciencia y no tener que esperar años hasta que sus trabajos puedan ser admitidos y difundidos por una revista científica. En la actualidad, bioRxiv.org difunde unos 3.000 artículos al mes, frente a los 900 de hace tres años, y con la preocupación ante la expansión del coronavirus se están recibiendo unos 20 artículos científicos diarios sobre ese tema.

Sol Fereres se crio en el barrio de San Basilio y estudió en el IES Séneca, terminando Bachillerato con matrícula de honor. Se licenció en Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Obtuvo sobresaliente cum laude, con mención internacional, con una tesis llevada a cabo en el laboratorio de Ana Busturia (Centro Biología Molecular Severo Ochoa, UAM-CSIC). Tras culminar su tesis, se marchó de investigadora postdoctoral a la Universidad de California (San Francisco) al laboratorio de Tom Kornberg, hasta que el pasado enero se vinculó a bioRxiv.org.

-¿Por qué decidió dar el salto a Estados Unidos?

-Me vine aquí porque cuando terminé el doctorado tuve la oportunidad de salir de España para hacer una estancia postdoctoral. Para los científicos es muy común hacer estancias, visitas y parte de nuestra formación en diferentes laboratorios para así expandir conocimientos y aprender distintas técnicas y puntos de vista. Elegí un laboratorio en la Universidad de California en San Francisco (UCSF), puntero en la investigación de biología celular. Quise venir aquí, a una de las mejores instituciones en la investigación médica, para avanzar en mi carrera profesional como investigadora y continuar mi formación. Se vino conmigo mi marido, que es de Logroño, porque también le apetecía mucho vivir la experiencia de trabajar y vivir durante un tiempo en otro país. ¡Y aquí seguimos!

-¿Qué trabajo realiza actualmente para bioRxiv.org?

-Soy una de las encargadas del contenido de bioRxiv.org, assistant content lead. Parte de mi trabajo consiste en ayudar a científicos a publicar preprints, informarles de las ventajas, de cómo funciona el servidor y fomentar su uso. Otra gran parte de mi labor es regular el contenido que se sube a la plataforma, que no sea nada perjudicial para la sociedad (ya que es gratis y abierto para todo el mundo), que todo el contenido este relacionado con la biología y que sean artículos con resultados y datos nuevos.

-¿En qué consiste la plataforma para la que trabaja?

Es una organización sin ánimo de lucro que nace en Cold Spring Harbor Laboratory, institución referente en investigación biomédica. Comenzó su actividad en el 2013 para fomentar el uso de preprints en biología. Es un sistema que los físicos llevan usando 30 años para publicar y, que se había intentado, pero nunca había llegado a despegar en biología. Desde entonces, su uso ha crecido de forma exponencial y ahora recibimos unos 3.000 artículos por mes, pero lo más importante es que el modelo tradicional de publicación está cambiando y que los investigadores cada vez están más cansados del sistema arcaico de las revistas científicas. Se están dando cuenta de que compartir de forma abierta su trabajo en esta plataforma puede ser muy beneficioso para el avance científico.

-¿Cómo surge esta iniciativa?

-Nace desde Cold Spring Harbor Laboratory (CSHL), como una iniciativa de la institución para fomentar el uso de open science (ciencia abierta y gratuita) y para diseminación rápida de la ciencia. De hecho, CSHL ayuda proporcionando un espacio físico, las oficinas centrales están en Long Island, Nueva York, en Cold Spring Harbor. Actualmente, la mayor parte de los fondos de bioRxiv.org vienen de CZI (Chan Zuckerberg Initiative) una filantropía del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, cuyo lema es «curar todas las enfermedades antes de terminar este siglo». Creen que una de las mejores formas para hacer eso es permitir el acceso y distribución rápida de la ciencia con el uso de preprints. De esta forma, la población es capaz de conocer y acceder a los resultados de forma inmediata y así la ciencia también es capaz de progresar de una forma más rápida.

-¿Publican solo artículos relacionados con la biología o con otras ciencias?

-De momento bioRxiv solo publica preprints, relacionadas con el ámbito de la biología. Es un rango muy amplio, desde microbiología, antropología, ecología, neurociencia y muchos más. Pero sí, solo ciencias de la salud. El año pasado lanzamos medRxiv, que es para preprints de investigación mas clínica.

-¿Cuántos artículos aproximadamente pueden publicarse a través de esta vía? ¿Muchos investigadores y un número creciente de países están interesados en publicar aquí?

-Actualmente, son casi unos 3.000 preprints al mes, en comparación con los 900 que había en el 2017. Ha crecido de forma exponencial y ya llegamos a los seis millones de descargas solo durante febrero del 2020. Las personas que publican preprints y que acceden a ellas son de todo el mundo. Lógicamente son más conocidos en algunas comunidades científicas de ciertos países, como por ejemplo, es muy popular en Alemania e Inglaterra en Europa. Pero poco a poco vamos dándonos más a conocer y desde luego estimamos que sólo vamos a crecer en los próximos años.

-¿Cuáles son las ventajas de publicar en esta plataforma?

-La más importante es poder compartir con el mundo tu trabajo una vez lo acabas y no tener que esperar meses o años para poder compartirlo antes de que sea publicado en una revista científica. Otra ventaja es que hay una sección de comentarios para cada preprint/artículo, con lo cual muchos otros científicos comentan y se dan feedback para mejorar el trabajo. De forma que todas las críticas que se dejan en bioRxiv.org solo ayudan a los científicos a poder integrar sus sugerencias antes de publicar el artículo en una revista. De esta forma, consiguen mejorar su trabajo y la ciencia en general.

¿Se está notando un mayor índice de publicaciones en bioRxiv.org relacionadas con el coronavirus? ¿De qué países proceden principalmente?

-Sí. Recibimos al día unos 20 artículos científicos sobre el coronavirus. Como bioRxiv.org se centra en temas de biología recibimos muchos artículos que intentan descubrir el origen del nuevo coronavirus, buscando vacunas y análisis de las proteínas del virus, entre otras cosas. Casi todos los preprints que tratan sobre epidemiología, casos clínicos y tratamientos son publicados en medRxiv. Muchos de los estudios llegan de laboratorios asiáticos, pero otros no. También recibimos muchos preprints de investigadores de otros países sobre el coronavirus.

-¿Uno de los artículos que se publicaron en la plataforma para la que trabaja fue el que permitió dar la nomenclatura al coronavirus?

-Sí, es cierto. Me acuerdo perfectamente de dicho artículo. Con suerte, todos los estudios que estamos publicando ayudan a la gente que está investigando a encontrar un tratamiento rápido. Piensa que desde que alguien manda un artículo solo pasan unas 48 horas para que esté on line y, si hay mucha gente trabajando en ello, pueden leerlo y usar ese conocimiento para avanzar en encontrar una vacuna o cura más rápido.

-¿Qué temáticas son las que más suelen publicarse? ¿Se aprecia una creciente presencia de artículos españoles?

-Recuerdo haber leído hace unos días un artículo sobre un grupo de Barcelona que investiga sobre la inflamación y la enfermedad de Crohn. Sí que veo preprints de científicos españoles, pero creo que la plataforma no es muy conocida en España todavía y que la gente desconoce las ventajas y, en general, que existe. Así que en un futuro próximo seguro que empiezan a mandar muchos más.

-¿La vida de los investigadores se acompaña de mucha paciencia por las muchas horas de trabajo y el tiempo que se necesita después para que se publiquen y apliquen los avances obtenidos?

-Exacto, además del tiempo empleado diseñando y realizando experimentos, luego esperan desde que tienen su trabajo escrito hasta que es aceptado y publicado por una revista para poder mostrarlo a las demás personas. En mi caso fueron más de 12 meses y es muy frustrante.

-En su lugar de residencia o por las distintas ciudades a las que tiene que viajar en Estados Unidos, ¿ha notado un mayor control y creciente preocupación por el coronavirus? ¿También se están suspendiendo allí actividades donde se concentra mucha gente y usa la población mascarillas? ¿Existe algún protocolo más estricto debido a esta alerta sanitaria?

-Pues yo vivo en Oakland, al este de la bahía, a unos 10 kilómetros de San Francisco. Por el covid-19 sí que me he dado cuenta de las medidas de precaución que están tomando muchas empresas. Se han cancelado muchísimos congresos y aconsejan a todo el mundo que pueda trabajar desde casa que lo haga y por supuesto, que no viajemos.

-¿Qué le gusta más de Estados Unidos y que más echa de menos de Córdoba?

-Pues lo que más echo de menos es la familia claro. También me acuerdo de la comida y ¡de los patios! Sobre todo echo de menos a la gente. Pero vivir en Estados Unidos tiene muchísimas cosas buenas también y ahora mismo las oportunidades laborales que tenemos en Estados Unidos, tanto mi marido como yo, no existen en España. Cada vez es más difícil hacer investigación en España.

-¿Con qué frecuencia vuelve por Córdoba?

-Una vez al año seguro.

-¿Por qué decidió estudiar Bioquímica fuera de Córdoba y hacerlo en Madrid?

-Porque tenía muy claro que quería hacer investigación y el programa de la Universidad Autonoma de Madrid ofrecía muchísimas prácticas de laboratorio, más que ninguna otra universidad. Además, daba la posibilidad de hacer el último año de carrera entero en laboratorios de investigación del Centro Superior de Investigación Científica (CSIC), punteros en investigación biomédica. Era una gran oportunidad para mi formación y para vivir una experiencia única y estudiar en otra ciudad.

-Sus padres, Elías Fereres y Hava Rapoport, son grandes investigadores, referentes en Agronomía a nivel nacional. ¿Por qué cree que eligieron Córdoba hace décadas para afincarse y trabajar?

-Eso se lo tendrías que preguntar a ellos (se ríe). Cuando ellos eligieron mudarse a Córdoba la Escuela Técnica Superior de Agrónomos y Montes (Etsiam) estaba empezando a crecer y era muy buen momento para formar parte de ese proyecto. Además, como se sabe, Córdoba es muy bonita y se vive muy bien.

-Su hermana Sonia es ingeniera aeronáutica. ¿Les han marcado sus padres para que las dos hermanas os acabaráis decantando por las ciencias?

-Nuestros padres siempre nos han dado total libertad y han apoyado para que hiciéramos lo que quisiéramos. Es cierto que siempre se ha fomentado en nuestro hogar mucho la curiosidad y la ciencia en general. Al fin y al cabo, crecimos en un ambiente en el que explorar e investigar era natural y divertido y eso seguramente nos habrá marcado. Pero cada una ha elegido una titulación diferente.

-¿A lo largo de su trayectoria ha sido merecedora de algún reconocimiento?

-En el Bachillerato obtuve matrícula de honor. Después doctorado sobresaliente cum laude con mención internacional y beca Short Term EMBO durante el doctorado. Y en Estados Unidos también me concedieron una beca en la Universidad de California en San Francisco para investigar. Por otro lado, he sido presidenta de la asociación de posdoctorales de la Universidad de California en San Francisco. Además, como anécdota curiosa fui seleccionada como finalista para una competición, que consistía en explicar tu proyecto en tres minutos para todos los públicos.