La alergia al polen suele llegar acompañada de una serie de incómodos síntomas. Es frecuente que se detecte picor en la nariz o en los ojos, moqueo con congestión nasal, tos en golpes o tras haber realizado un esfuerzo, pitos al respirar, cansancio tras llevar a cabo ejercicios moderados, ahogo, enrojecimiento, lagrimeo o molestias a la luz. Si la persona detecta estos síntomas debe acudir a su centro de salud y comentarlo con su médico de familia o pediatra. Por otra parte, si los síntomas se agravan y tienden a convertirse en tos recurrente, ahogo frecuente o en aumento, incremento del cansancio incluso tras mínima actividad, aumento de la frecuencia de los pitos, intensificación del moqueo o congestión o aumento de la irritabilidad ocular, se recomienda acudir a los servicios de urgencias. Para pacientes con asma o que puedan sufrir 'shock' anafiláctico grave, la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias cuenta con el Programa Aire, que cuenta en la actualidad con 718 pacientes inscritos voluntariamente. Estos usuarios autorizan al 061 a identificarlos en el sistema como de alto riesgo ante una solicitud de asistencia urgente.