Los sindicatos volvieron a salir ayer a la calle con motivo del Primero de Mayo para exigir salarios justos, empleo estable, pensiones dignas y más protección social. En dos manifestaciones diferentes, una convocada por CCOO y UGT y otra respaldada por CGT, CNT, CTA, SAT y Ustea, se reclamó la derogación de las reformas laborales y la adopción de medidas para garantizar un empleo de calidad. Ambas marchas, eso sí, se celebraron con una menor asistencia de trabajadores que en años anteriores. Según fuentes de la Policía Local, la primera reunió en torno a 3.000 personas -que los organizadores elevaron a 3.500-, mientras que la alternativa rondó los 1.000 participantes.

El secretario provincial de UGT, Vicente Palomares, señaló que este Primero de Mayo tiene que «marcar la senda de la recuperación de derechos» perdidos durante la crisis y exigió «trabajo digno y no esclavitud». Palomares reclamó, además, la derogación de las reformas laborales «infames que nos han impuesto» y advirtió de que aunque «se habla de diálogo, lo que se busca es la sumisión» de los trabajadores. «Espero que esto sea la antesala de otras movilizaciones en las que la sociedad se plante y exija que el reparto de esa riqueza que está llegando a las empresas llegue también a los trabajadores», confió Palomares.

De su lado, la secretaria provincial de CCOO, Marina Borrego, apuntó que «la mejora de la calidad de vida y el derecho al empleo resumen las reivindicaciones» de esta «jornada de lucha». Borrego pidió a la patronal que «deje de reducir sus costes a costa de los salarios» y resaltó que «la única recuperación que existe es la macroeconómica, porque los trabajadores no la notan».

SALIR A LA CALLE // Ante la discreta participación en la manifestación, Borrego animó a echarse a la calle porque «la situación no mejora y cada vez estamos en peores condiciones». Palomares añadió que «se hace más necesario que nunca que no nos quedemos sentados en el sofá esperando que otros nos solucionen las cosas». «Ahora mismo hay mucho que reivindicar y solo se puede hacer desde la calle. Tenemos que salir a cambiar esta sociedad que en la actualidad está maltratando a los trabajadores», recomendó.

En la manifestación principal participaron, entre otros, la alcaldesa, Isabel Ambrosio, y el coordinador provincial de IU, Pedro García. Ambrosio destacó que «desgraciadamente» el acto de reivindicación sigue vigente por la existencia de trabajo precario, condiciones que no son dignas y trabajadores pobres, por lo que defendió que se fortalezcan los derechos básicos de los trabajadores. La alcaldesa apuntó que, pese a las dificultades para la contratación pública con una normativa que «nos ata de pies y de manos», el Ayuntamiento seguirá apostando por las empresas públicas porque desde estas se puede prestar el servicio «de una forma mucho más eficiente, igual de rentable y garantizando los derechos tanto salariales como de las condiciones laborales». De su lado, Pedro García hizo hincapié en la lucha de IU por cambiar un escenario «con millones de desempleados, con una alta precariedad en las condiciones laborales y con un gobierno en Madrid absolutamente corrupto».

En la marcha alternativa, el secretario general de CTA, Francisco Moro, defendió el «sindicalismo de cambio» y animó a luchar contra la «economía especulativa». De otro lado, a través de sendas notas, Ganemos reclamó empleos estables y la derogación de unas reformas laborales que «han traído recortes salariales drásticos», mientras que Equo apostó por el «empleo verde».