La aprobación por parte del Pleno, que celebró sección extraordinaria el 29 de diciembre, de la modificación inicial del PGOU para impedir la quema de residuos en el casco urbano lleva implícita la suspensión de licencias hasta que termine la tramitación de esta innovación. Así las cosas, la Gerencia Municipal de Urbanismo no podría dar una autorización a Comos para la quema de residuos no peligrosos (algo que ha vuelto a autorizar la Junta de Andalucía en la parte que a esta administración concierne), si bien la vía de los tribunales siempre quedará abierta y a ella podrá recurrir la multinacional. De hecho, es lo que hizo para conseguir la licencia para la quema de biomasa. En ese asunto, los tribunales obligaron finalmente a Urbanismo a concedérsela.

La modificación de los usos industriales del PGOU ha estado salpicada desde su inicio de problemas, informes y contrainformes. El último del secretario municipal, Valeriano Lavela, sostiene que el Pleno está legitimado para cambiar el ordenamiento urbanístico de la ciudad, aunque insiste en los argumentos, plasmados en su anterior informe sobre esta materia, en los que advertía de una posible desviación de poder si no se concediese licencia a la empresa Cosmos para la valorización de residuos no peligrosos. Además, Lavela advertía de que la empresa podría reclamar judicialmente «indemnizaciones millonarias». La primera vez que la Gerencia de Urbanismo se pronunció sobre el asunto que concierne a Cosmos fue cuando propuso la formulación del cambio de ordenación en noviembre del 2015. Desde entonces hasta el Pleno del viernes (aún quedan las fases de aprobación provisional y aprobación definitiva) han transcurrido 13 meses, aunque cualquiera diría que han sido muchos más.