La sangría demográfica continúa en Córdoba. Los últimos datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística vuelven a confirmar la tendencia iniciada hace años y constata que el ritmo de muertes se acelera mientras se estanca cada vez más el de nacimientos.

Según los datos absolutos, entre enero y junio de este año nacieron en Córdoba 2.980 bebés, 1.521 varones y 1.459 mujeres, lo que representa un 5,7% menos que en el mismo periodo del año anterior, cuando ya se había registrado un descenso respecto al año previo, en el que nacieron 3.888 niños. O lo que es lo mismo, en el primer semestre del 2018 han nacido 908 niños menos que hace dos años en ese mismo periodo.

Mientras los nacimientos caen en picado, las muertes se disparan a juzgar por la estadística. La pirámide demográfica, que se encuentra invertida desde hace ya algún tiempo, hace que el ritmo de defunciones sea cada vez más rápido. De enero a junio de este año, fallecieron en la provincia 4.288 personas, un 5,6% más que en el mismo periodo del 2017, cuando murieron 4.060. Si comprobamos el dato de un año atrás, la cifra de defunciones fue de 3.161. Es decir, este año han muerto 1.127 personas más en el primer semestre de lo que lo hicieron en esos seis meses en del 2016.

La población femenina mengua a mayor rapidez que la masculina, según los datos. De los 2.980 nacimientos, menos de la mitad, 1.459 fueron mujeres. En cuanto a las muertes, de las 4.288 defunciones registradas, el volumen de mujeres fue el más elevado, 2.204 frente a 2.084 varones.

Del total de nacimientos registrados en la provincia, menos de la mitad, 1.242 se registraron en la capital, donde nacen una media de 200 bebés al mes. En cuanto a las defunciones, ocurre lo mismo. De los 4.288 fallecimientos de la provincia, 1.656 se dieron en la capital, donde la media de muertes ronda la cifra de 250 mensuales.