Mustafá Tabout tuvo que empezar de cero cuando perdió su trabajo como rececpcionista en una cadena hotelera. Acudió a Cruz Roja con un proyecto «pensado desde hace muchos años», pero que no había podido montar por falta de recursos. Ahora su sueño se ha materializado en Marrakech, una carnicería halal, que ha abierto sus puertas en la avenida de Granada. «Si funciona, podrán venir mi mujer y mi hijo a Córdoba, ya que, por culpa de la crisis, estamos separados», dice Mustafá, que vio con mucho dolor cómo su esposa, Lalla Naima, y su hijo, Imran, de 6 años y nacido en Córdoba, tuvieron que volver a Marruecos. Gracias a Cruz Roja y a su empeño, Mustafá, de 57 años, se ha reinventado. Hizo un curso de carnicería, se formó en informática y logró, gracias al apoyo de María Deltell, crédito suficiente para abrir el negocio. «He comprado toda la maquinaria homologada», explica. «Ojalá que funcione la carnicería, podamos juntarnos otra vez y que mi hijo no pierda el curso», desea en voz alta.