-¿Cómo ve Córdoba hoy?

-Al gobierno local le está costando mucho pasar al siglo XXI y no estamos en una época de cambio, estamos en un cambio de época. Ha cambiado todo menos el sistema político, que es rancio y antiguo.

-¿Eso le afecta a un partido creado en 2006 como el suyo?

-La diferencia que tenemos es que venimos sin mochila. Tenemos más facilidad para adaptarnos a las nuevas circunstancias. Entré en política municipal porque entendía que sería más política de gestión que de partido.

-¿Y ha podido corroborarlo?

-No, sigo viendo con impotencia que pervive la política de partido.

-¿Le ha decepcionado la política?

-No, pero me ha dejado un sabor de impotencia, de ver las cosas que se pueden hacer, de ver a esta Córdoba que es un diamante en bruto, a la que le faltan los pulidores. Hay visión cortoplacista.

-¿Cree entonces que Isabel Ambrosio y su equipo están desaprovechando una oportunidad?

-Sin ningún género de duda. Cualquier tema se acaba con una inauguración para el mandato, ningún proyecto de ciudad cuaja. Por ejemplo, en la logística, nos quedamos en solicitar unir la carretera con la estación del Higuerón. Eso no es. Habría que apostar por el corredor central. El diagnóstico está hecho pero hay que pasar a la ejecución, aunque sea para equivocarse.

-Ha dicho que C’s no tiene mochila, pero les acusan de financiarse de manera ilegal y de ser un partido sin ideología.

-Me han elegido para ser concejal y hablar de temas municipales. Esa pregunta se sale de mi ámbito geográfico.

-Se ha producido una evolución de C’s en este mandato. Han pasado de apoyar los presupuestos del 2016 a ser oposición pura y dura, ¿por qué han endurecido su postura?

-Ofrecimos una colaboración íntima y por eso firmamos los presupuestos. Entendíamos que podía favorecer a la ciudad, pero aquel acuerdo no se respetó lo más mínimo. Pedimos una auditoría de gestión, que no se hizo.

-Da la sensación de que la oposición actúa en bloque, que donde va el PP va el resto.

-No, creo que si hay un bloque es precisamente el del gobierno y su soporte. Yo he criticado rotundamente al PP cuando he debido.

-¿Usted antes era del PP?

--Nunca he militado en un partido.

-Bueno, pero votaría...

--Sí, pero el voto es secreto. Y en ese voto hubo hasta para quien hubiera podido ser un magnífico alcalde, como es José Miguel Salinas, por ejemplo. También he colaborado estrechamente con Julio Anguita. Así que suponerme el voto del PP es mucho suponer.

-¿Cómo fue su entrada en C’s?

-El 13 de diciembre de 2013, tengo hasta la fecha, me brindé para colaborar con el partido vía email. Me contestó el propio secretario general actual. Entonces no había ni agrupaciones locales. Yo vivía en Marbella, pero sentimentalmente seguía conectado con Córdoba, por eso empecé a coordinar las primeras reuniones aquí.

-Ahí no tenían aún ni afiliación.

-No, vinieron a nombrarnos como agrupación el 18 de julio del 2014, a una asamblea constituyente con once afiliados. Me siento satisfecho del trabajo que hemos hecho en tan poco tiempo.

-Era un partido sin músculo ninguno en la provincia y se tuvo que enfrentar a tres elecciones.

-Efectivamente, y lo hicimos sin un apoyo muy fuerte por parte de la estructura del partido. Echábamos en falta que vinieran esos grandes líderes del partido a nivel nacional. Pese a todo, conseguimos una parlamentaria andaluza, un diputado, y dos concejales a nivel local y nos quedamos a 187 votos del tercero, con el que posiblemente hubiéramos podido cambiar la historia de Córdoba, pero no pudo ser.

-Le hago la entrevista un buen día: las encuestas dicen que C’s adelantaría al PP y sería la segunda fuerza más votada si hubiera elecciones en Andalucía, pero su estructura sigue siendo muy larvada, ¿no?

-No. Se ha hecho un magnífico trabajo y se ha crecido con una implantación provincial en casi todos los pueblos. En cuanto a las encuestas, el partido está 0 a 0, aunque no es menos cierto que estamos en una nave con la ola a favor y el viento en popa. Ojalá que se cumplan porque España necesita a C’s.

-¿Por qué dejo de ser portavoz?

-No concurrí a las elecciones para serlo, sino para hacer cosas. Hay que dar paso a esta generación nueva. Mi número 2 estaba preparado para ser portavoz. No entendía que eso fuera un cambio drástico, pero la experiencia me ha demostrado que sí.

-¿Por qué?

-Porque los medios buscan al portavoz, no al trabajo de equipo.

-Digamos que perdió eco mediático.

-Eso es, y no lo había valorado porque pensé que al pasar a ser portavoz de la Diputación ampliaba mi ámbito de acción. Y no ha sido así, pero no me importa. Aunque entiendo que ha sido polémico.

-Llegó a Córdoba en coche, a ritmo de rally, ¿qué cosas han cambiado de la Córdoba de los 70?

-Ninguna. Seguimos todos contra todos. Me fui de CECO cansado de decirle cosas a las políticos y de que no hicieran nada.

-Y ahora que está al otro lado, ¿qué?

-Esa fue una de las motivaciones para entrar en política.

-¿Y ha podido hacer algo?

-Poca cosa. No puedo presentar un balance del que me sienta feliz.

-Entonces, ¿va a tener que volverse a presentar?

-Me gustaría, pero no depende de mí. Hemos hecho un máster increíble desde la oposición, que debería aprovecharse. Si pudiéramos entrar a gestionar determinadas áreas sería una gran satisfacción. Estar de concejal en la oposición para cobrar no me atrae.

-¿Hará huelga el 8-M?

-No, es muy antiguo a estas alturas declararse feminista. ¿Todos los días tenemos que estar reivindicando el feminismo, caramba?

-¿No cree que haya que trabajar más por la igualdad?

-Pero no desde el feminismo militante que incluye un pack contra el sistema capitalista. Hablemos de derechos, hablemos de igualdad, no de la mujer contra el hombre. Hay gente mayor con ideas jóvenes, y al revés. Me refiero al feminismo anacrónico que va contra el hombre o que vincula los problemas de las mujeres con el capitalismo. Son cosas que están superadas.

-Hay cierta vinculación. La brecha salarial es un tema económico.

-Sí, pero no por culpa de, sino porque la mujer se ha incorporado más tarde al mercado profesional y ha accedido a los puestos menos remunerados, pero no porque los hombres les hayan dicho: no. Hoy el rol que hay que vivir es el de la igualdad. El que piensa que la mujer está condicionada por cuidar la casa o la familia es un antiguo. Debemos luchar codo con codo.

-¿Cuál debería ser la renovación más urgente en Córdoba?

-La de la Gerencia de Urbanismo. También el Imdeec y el nuevo modelo de turismo.

-Si tuviera la oportunidad de ser alcalde, ¿qué haría?

-No lo ambiciono, pero en menos de 6 meses esta ciudad ponía la proa con distinto rumbo y no la conocía, como decía el Guerra, ni la madre que la parió.