Una sentencia ha anulado el cambio de nombre de la calle Cronista Rey Díaz, que nunca llegó a producirse físicamente, es decir, no hubo cambio en los rótulos de esta calle, al haberse suspendido dicjo cambio de manera cautelar (aunque eso tuvo también sus vaivenes judiciales) mientras se resolvía el asunto en los tribunales. No obstante, la calle Cronista Rey Díaz, ubicada en el barrio de Santa Rosa, fue una de las señaladas por la comisión de la Memoria Histórica y su cambio fue aprobado junto a 14 calles más por el Pleno municipal en febrero del 2018.

La decisión del equipo de gobierno de Isabel Ambrosio, apoyada en el dictamen de la comisión en la que trabajaron varios historiadores, llevó a la familia de José María Rey Díaz a presentar ante el Ayuntamiento un recurso de reposición contra el cambio de denominación de esta vía, pero no hubo respuesta en el plazo fijado, con lo que por silencio administrativo la modificación de esa calle quedó bloqueada. Además, la familia también acudió al juzgado, que ahora ha estimado su recurso.

Con este fallo, el Ayuntamiento de Córdoba suma ya dos en el mismo sentido, ya que este verano otro juez dictaminó en contra del cambio de nombre de la plaza de Cañero (que ese sí, por unas semanas, pasó a llamarse plaza de los Derechos Humanos), y que fue restituido por el equipo de gobierno de José María Bellido, que acababa de aterrizar en Capitulares. Cabe recordar que fue una promesa electoral de los populares --que recogieron incluso firmas-- la restitución de los nombres que habían suscitado más polémica en Córdoba como el cambio de Cruz Conde por Foro Romano o Vallellano por avenida del Flamenco. Recientemente, asociaciones cercanas a esas dos calles presentaron unos recursos al Ayuntamiento pidiendo su reversión.

Librero Rogelio Luque

Librero Rogelio Luque En su momento, el consejo de distrito propuso sustituir el nombre de cronista Rey Díaz por el del librero Rogelio Luque (que da nombre a la famosa librería), fusilado en 1936 a los 39 años. José María Rey Díaz (1891-1963) fue cronista de la ciudad entre 1922 y el año de su muerte, además de delegado de Cementerios de Córdoba. La comisión de la memoria señaló su implicación "en la instauración institucional del franquismo en la ciudad de Córdoba" y su participación en algunos expedientes de depuración. Por contra, también señaló la comisión que "medió con éxito en algunas otras causas intercediendo a favor de conocidos republicanos, como su antiguo alumno Enrique Poole Escat, o el hijo del alcalde socialista de Córdoba, Sánchez Badajoz”.