El sector agroalimentario cordobés está demostrando a lo largo de estas semanas de confiamiento frente al covid-19 su vocación solidaria. Desde el inicio de la crisis, el Grupo Dcoop viene colaborando con la aportación de numerosos alimentos y material higiénico-sanitario en aquellos territorios donde tiene implantación de centros de trabajo como los hospitales de Alcázar de San Juan, Cabra, Granada, Úbeda, Osuna o Antequera, a los que hay que sumar residencias de mayores y otros centros sociales. A ello hay que unir las aportaciones desinteresadas que están realizando sus cooperativas, así como los trabajos de sus agricultores asociados, como la desinfección de los pueblos con maquinaria agrícola.

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El Grupo Dcoop ha donado batas, mascarillas, gafas protectoras, monitores de respiración y también centenares de litros de geles desinfectantes.

Como medida preventiva laboral, este material también se ha provisto a sus diferentes centros de trabajo, donde continúa su actividad presencial o de teletrabajo para cumplir su cometido como sector esencial para suministros de alimentos a la población.

En la segunda fase de respuesta y responsabilidad social, el Grupo Dcoop ha aumentado considerablemente la aportación de alimentos a diferentes comedores sociales y, sobre todo, a numerosos Bancos de Alimentos de las provincias donde opera, siguiendo su política de colaboraciones de cercanía; esto también se viene haciendo por muchas de sus cooperativas asociadas.

Estos alimentos son variados y se corresponden con productos que Dcoop comercializa como aceites de oliva, cárnicos, vínicos, lácteos o aceitunas.

La cuantía económica estimada de todas estas colaboraciones supera los 100.000 euros.

Una vez más se pone en valor el papel del sector agroalimentario no solo como proveedor de productos esenciales, sino también como un colectivo solidario dispuesto a colaborar.

Por su parte, ArteOliva y GOUP saben bien que la solidaridad, la agilidad y la inmediatez de la respuesta permiten derrotar al terrible coronavirus, que ha infectado a decenas de miles de personas y ha cambiado sustancialmente nuestro modo de vida y de costumbres.

Pero, ante la vertiginosa y descontrolada progresión de los contagios y su gravedad, ¿qué podía hacer una pyme agroalimentaria como ArteOliva ante una pandemia tan grave y virulenta?

Lo primero y principal: ayudar a quienes están en primera línea de batalla frente a la pandemia y a los más vulnerables.

Es decir: al personal sanitario y farmacéutico, a las Fuerzas de Seguridad, al Ejército, a los transportistas, a personas mayores y aisladas, etcétera.

Dentro de estas instituciones hay decenas de miles de personas que dan, a diario, lo mejor de sí mismas, arriesgando su propia salud y su vida para garantizar el bienestar de todos.

Pusieron manos a la obra de acuerdo con sus posibilidades, y lo mejor era suministrar los alimentos -elaborados por ArteOliva y distribuidos por la empresa distribuidora GOUP- de forma escalonada y selectiva. Así, podrían llegar a más y ser más eficaces ante la situación actual.

La compañía Ingeshidro, de Alejandro Moreno, también ha colaborado con desinfectante de su producto Vector.

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