El notario Rafael Díaz-Vieito participó ayer en el Círculo de la Amistad en los Foros Diálogos Córdoba, en los que ofreció una conferencia sobre las perspectivas del impuesto de donaciones y sucesiones. A Díaz-Vieito le parece «disparatado que haya diecisiete regímenes diferentes, uno por comunidad».

-¿Qué se paga ahora y qué cambiará a partir del 1 de enero?

-Es un impuesto muy complejo e intervienen muchos elementos. Si nos centramos en herencias de padres a hijos, lo que se hereda es inferior a los 250.000 euros y el patrimonio preexistente del heredero es inferior a 400.000, no se paga. Pero si se excede de los 250.000 euros y el patrimonio preexistente es superior a 400.000, sí se paga en base a una tarifa que parte de un 7,65 y que puede derivar en más del 30%. A partir del 1 de enero en herencias de ascendientes, descendientes o cónyuges, si se hereda menos de un millón y el patrimonio preexistente es mayor de un millón, no se pagará.

-O sea, que se amplía la horquilla.

-La reforma es un avance. Pero es media verdad decir que pagar el impuesto como consecuencia del fallecimiento de una persona es una responsabilidad exclusiva de la Junta, porque también está el impuesto de plusvalías del Ayuntamiento, en el que, aunque la ley permite la posibilidad de hacer bonificaciones del 95%, ningún ayuntamiento las aplica.

-¿Se está centrando el foco en un impuesto cuando se debería centrar en otro?

-Hay que centrarlo en los dos, aunque tiene más trascendencia el de sucesiones por el agravio que tiene que se pague en unos sitios y en otros no, pero hay otros impuestos que gravan la adquisición de bienes por herencia en los que no se pone el foco y paga todo el mundo cuando la ley permite bonificaciones.

-¿Qué defiende?

-Hay que plantearse a nivel nacional si hay que mantener o no el impuesto de suceciones. Si llegamos a la conclusión de que sí, hay que armonizarlo evitando agravios. Yo soy más partidario de la supresión pero si tiene que existir, hay que dibujar un impuesto distinto del actual y su armonización nacional es básica, al menos poner un tipo mínimo aplicable a toda España y un máximo. La situación de agravio comparativo es injusta y nociva.

-¿Qué piensa de la actitud política en relación al impuesto?

-Me gustaría un discurso único de cada partido a nivel nacional. No veo diferencias estructurales que den lugar a un discurso diferente en un lado y otro.

-¿Se están produciendo renuncias a herencias?

-Sí, pero el 90% de las renuncias que se producen están más ligadas a la crisis que al impuesto de sucesiones y se deben a las deudas del fallecido.