Paco y Paqui acaban de recibir la buena noticia. Después de cuatro años con el corazón en un puño, la Asociación de Familias Necesitadas (Anfane) les acaba de comunicar que no tendrán que abandonar su vivienda. La ejecución hipotecaria con la que el banco les amenazaba ha sido suspendida y en pocos días firmarán un Código de Buenas prácticas que dejará su deuda en suspenso durante cinco años. Su historia comienza en 2013, cuando su banco cierra la sede que tenía en La Carlota y Paco empieza a realizar los pagos de su hipoteca con ingresos a un número de cuenta, el que figuraba en su escritura. Tres años después, según relata, el juez de paz del pueblo le alerta de que tiene una carta del juzgado «por algo del banco» y cuando la recibe, acude a su entidad en Sevilla y se entera de que hay un procedimiento de ejecución de su vivienda por impago.

Al parecer, la deuda de Caixa Catalunya, tras ser absorbida por otro banco, fue vendida a un fondo buitre y durante tres años él había estado ingresando dinero a una cuenta errónea sin que constaran los pagos y sin que nadie le notificara la situación. «El director de la entidad me dijo literalmente ‘búscate un abogado’», recuerda Paco. En los tribunales, dos jueces distintos en Posadas y en Córdoba le dieron la razón, pero eso no hizo que la entidad bancaria aclarara dónde debían efectuar los pagos, ya que se desentendía de la hipoteca, dejándola en manos del fondo al que la había vendido. Eso volvió a generar una deuda que motivó una nueva amenaza de ejecución. Fue entonces cuando Paqui leyó un caso resuelto por Anfane en La Carlota y contactó con la entidad y esta se puso al frente. «Nadie de la familia sabía lo que estábamos pasando», recuerda Paco, que con la asociación empezó a ver la luz. «El presidente, Rafael Cidres, recogió la documentación para pedir el código de buenas prácticas», explica Paco, pero el banco se resistía, «así que decidió acudir al Banco de España», confiando en que ellos reconocieran la mala praxis de la entidad. El recurso dio como resultado una respuesta del banco emisor que concluye que «la entidad se apartó de las buenas prácticas bancarias al no gestionar diligentemente la solicitud de reestructuración de deuda» y señala que habría quebrantado la normativa de transparencia «al no haber motivado con suficiente concreción la causa del rechazo de la solicitud».

Este informe ha salvado a la familia de la ejecución y obligado a la entidad a firmar un código de buenas prácticas. Durante 5 años, Paco y Paqui no pagarán nada y su deuda quedará congelada. Con una amplia sonrisa, ambos coinciden: «solo podemos dar las gracias por la humanidad, entrega y profesionalidad del equipo de Anfane».