Una mujer trans es una mujer y como tal es objeto potencial de discriminación por partida doble, tanto por ser mujer (machismo) como por su condición de transexual (transfobia). La coordinadora en Córdoba del Instituto Andaluz de la Mujer, Lourdes Arroyo, presentó ayer un cuaderno, dentro de una serie más amplia de nueve publicaciones centrado en la salud de este colectivo, que es víctima de habitual de episodios de violencia, depresión y de bullying en la edad infantil.

El origen de la transfobia reside en muchos casos en el desconocimiento y en los estereotipos, algo que el IAM, según Arroyo, pretende combatir con este cuaderno, aportando información contrastada.

«El lenguaje configura la percepción de la realidad», señala nada más empezar la publicación, antes de aclarar conceptos básicos como la diferencia entre identidad sexual y/o de género (vivencia interna e individual del sexo o género, que cada persona autodetermina), expresión de género (presentación exterior del género en el nombre, formas de vestir, gestos, formas de hablar...) y orientación sexual (preferencia emocional, afectiva y sexual hacia personas del mismo género, de otro género o de más de un género). La combinación de esos tres elementos da origen a una enorme diversidad sexual.

El cuaderno define también qué se entiende por persona no binaria (aquella que no se autopercibe hombre o mujer y que puede identificarse con un tercer género o con ninguno) y mujer transgénero: «una persona que nace con sexo masculino y que se identifica como mujer» y recuerda que el trato respetuoso a estas mujeres pasa por respetar siempre el nombre que han elegido y su género. El IAM recoge en la publicación algunos datos del informe Ser trans en la UE, que revela que las mujeres trans son las que con mayor frecuencia se sintieron discriminadas y acosadas y las que más discriminación laboral percibieron a la hora de buscar trabajo. También destaca las dificultades que tienen para poder hablar de su identidad sexual y la elevada incidencia de agresiones o amenazas de violencia física detectada entre ellas, así como la discriminación que sufren cuando se les exigió el documento de identidad que indica el sexo.

En el capítulo de salud, el IAM explica que estas mujeres afrontan riesgos específicos por el hecho de ser transexuales relacionados, por ejemplo, con los procesos de modificación corporal, basados en tratamientos hormonales y cirugía. La salud psicológica es otro punto débil del colectivo debido a las situaciones de rechazo, discriminación y violencia a las que se ven expuestas desde la infancia. Según Arroyo, varios estudios demuestran además «el elevado número de infecciones de transmisión sexual de las mujeres trans en comparación con la población en general o los hombres trans debido a que la situación de pobreza, exclusión social, laboral o economía sumergida en la que han caído fruto de las situaciones de pobreza, exclusión social y laboral en las que han caído muchas de ellas.

Kaia Baena: "Conocer a personas trans me ayudó a entender lo que yo era"

Kaia tiene 27 años y se define como una mujer trans aunque tardó tiempo en darse cuenta de cuál era su identidad de género. . Según relata, en su época el único referente trans era La Veneno. «Ver cómo la trataban me daba miedo», confiesa. «Siempre he tenido una apariencia muy andrógina y no fue hasta que conocí a otras personas trans y me informé que entendí lo que yo era», explica, «aún así no quería precipitarme y no transicioné hasta el 2014». Fue en ese momento cuando se descubrió que su cuerpo producía muy poca testosterona y que sufría un principio de osteoporosis con 24 años porque no generaba hormonas. «Ahora estoy en tratamiento y tomo un suplemento de calcio y vitamina D», explica.

Los tratamientos de hormonación, con múltiples efectos secundarios, sitúan a muchas mujeres en la tesitura de elegir entre salud y reasignación de género. «No existen protocolos nacionales ni estudios específicos en personas trans, y de hecho hay un fármaco que altera la dopamina que fabrica el cerebro y te produce una mayor propensión a la depresión, algo que no ayuda mucho a personas que se enfrentan además a la persecución social». En su caso, familiares y amigos la aceptaron siempre como es, pero ha sufrido discriminación laboral, asegura. La distancia entre su apariencia y su identidad en el DNI fue un problema. «Entré en un programa de inserción laboral y pese a tener las mejores calificaciones, una empresa me rechazó para un trabajo de programadora informática por mi aspecto físico».

María José: "Da miedo decir a alguien que te gusta que eres una mujer trans"

María José tiene 35 años y llevó a cabo el tránsito en el 2016 «cuando aprobé las oposiciones de profesora de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas», recuerda. El proceso de hormonación coincidió con su incorporación a las aulas, aunque explica que daba clases a adultos «y no tuve problemas con alumnos ni profesores». Durante años, se encerró en sí misma incapaz de aceptar lo que era, lo que la aisló en la soledad más absoluta. «Un día tuve una conversación con mi madre y me dijo que si quería ir a un psicólogo y fue él quien le contó lo que me pasaba, yo no era capaz de verbalizarlo», asegura, «pensaba que a mis padres se les caería el mundo encima».

Ella misma fue un freno para sí misma. «Yo era tránsfoba», confiesa, «veía el estereotipo de mujer transexual vulgar o incluso vinculada a la prostitución y yo no me identificaba con eso, yo me veía como una mujer tímida, discreta y elegante». Aunque en su caso, la integración laboral ha sido total, asegura que el machismo actúa doblemente contra la mujer transexual: «los hombres te menosprecian como hombre y tampoco te consideran una mujer», explica.

Pendiente de la cirugía de reasignación, teme el momento en que conozca a un hombre y tenga que revelarle su género. «En las aplicaciones de citas, tienes que decidir si expones abiertamente que eres trans a todo el mundo, pese a que es algo muy personal», comenta, «y si no lo haces, cuando conoces a alguien que te gusta tienes que decidir en qué momento le dices que eres transexual y da miedo porque no sabes qué reacción va a tener».