La directora de la unidad de Salud Mental del hospital Reina Sofía, Carmen Prada, señala que, ante una situación de incertidumbre como la actual debido a la pandemia, la población se sitúa en alerta porque le preocupa la situación económica, la falta de trabajo, la educación, la salud. «La ansiedad que genera todo esto, dependiendo de cómo se gestione y de la vulnerabilidad de la persona, va a repercutir en qué la salud mental y emocional se vea influida y habrá personas más predispuestas, que se vean más influenciadas», explica.

Ante una situación como la actual, esta especialista asegura que es normal sentir emociones ansiosas y de tristeza, las cuales se expresarán de distinta forma y se quedarán en una fase inicial que se pueda sobrellevar o podrán desencadenar una patología más grave, de ahí que no sea extraordinario que se estén incrementando en estos tiempos los cuadros de trastornos de ansiedad.

Prada resalta que «las consecuencias psíquicas que la crisis del coronavirus está conllevando no sabemos qué incidencia van a acabar teniendo o si la población acabará adaptándose, como les pasó en gran parte del confinamiento, pues el miedo a la vulnerabilidad nos crea temores, que luego se afrontan mejor de lo que hubiéramos creído». Sobre este mismo tema, indica que hay investigaciones en funcionamiento sobre cómo ha afectado la pandemia a los sanitarios y población general desde el punto de vista de la salud mental.

La unidad de Salud Mental del Reina Sofía no registró durante el estado de alarma un mayor número de nuevas consultas, derivadas desde atención primaria, pero sí apreció que los casos que llegaron a hospital por vía de urgencia fueron cuadros más graves (por ejemplo de episodios psicóticos y de alarma excesiva, así como descompensaciones por no cumplimiento adecuado de la medicación, entre otras), apunta la responsable de esta unidad, Carmen Prada. La directora de la unidad de Salud Mental espera que poco a poco se recuperen las consultas presenciales, como ya se está haciendo, y volver a la normalidad anterior a la crisis.