La Fundación Prolibertas y Proyecto Hombre han recibido esta mañana de manos de la delegada de Salud, María Jesús Botella, los Premios Espaliú, que reconocen desde el año 1998 el trabajo de instituciones y organizaciones sociales para mejorar las condiciones de vida de los enfermos de sida o con infección de VIH, poniendo también el acento en la labor de lucha contra la exclusión social de estas personas que realizan.

La delegada de Salud ha recordado la importancia de seguir insistiendo en la prevención, pese a que la incidencia de la enfermedad está a la baja. "No podemos bajar la guardia", ha destacado Botella, "ya que en el 2018 se dieron 6 nuevos casos de enfermos de sida y 33 nuevas infecciones del virus de inmunodeficiencia adquirida en la provincia". La tendencia a la baja no sólo se da en Córdoba sino que coincide con la tendencia general en el resto de España, si bien Botella ha detallado que la mayoría de los nuevos casos que se registran se dan entre los hombres en los que el contagio se produce por relaciones sexuales con otros hombres, siendo la edad de contagio la de jóvenes de entre 25 y 30 años. De ahí que haya recalcado la necesidad de ser muy insistentes en las campañas de información y prevención en este colectivo.

Por otro lado, la delegada ha recordado que en Andalucía se garantiza la atención sanitaria a los enfermos de sida en todos los centros sanitarios, así como el acceso a los tratamientos de retro vírales que mejoran las expectativas de vida de estas personas.

En nombre de Proyecto Hombre, su presidente, Jesús Tamayo ha agradecido un premio que supone para la organización "un reconocimiento a todo un equipo y a una labor de 25 años". Proyecto Hombre, ha explicado, "trabaja con personas que presentan comportamientos adictivos, facilitándoles además la atención a su salud". En el caso de los enfermos con sida, ha indicado que son un colectivo muy vulnerable desde los inicios, al que fue necesario abrir canales para el acceso a la información tanto en la prevención como en los tratamientos disponibles. También han atendido a lo largo de los años a un número de personas en prisión, que además de problemas de adicción, presentaban la infección por VIH. "En ese momento, no sentían que se les estuviera asistiendo correctamente y eran personas sin habilidad para cambiar el tratamiento", ha indicado Tamayo, que ha insistido en la necesidad de trabajar contra el repunte de las conductas de riesgo entre los jóvenes que están derivando en nuevos casos porque las campañas de concienciación no han calado en ellos.

Pir su parte, Eduardo García, de la Fundación Prolibertas, aseguró que recibir el Premio Espaliú ha sido para la entidad "una gran alegría", ya que coincide además con el año "en que estamos celebrando el 30 aniversario del comedor social de los trinitarias, dirigido a las personas sin hogar". En esta línea, García ha explicado que "vivir en la calle supone en sí mismo una situación de exclusión importante que se agrava si además se da en personas con una enfermedad como el sida, ya que este factor aumenta su vulnerabilidad". Así, García ha dedicado el premio a todas las personas que ya no están y a los usuarios del centro, entre los que hay algunos que siguen luchando contra la enfermedad. Para recordarlos, han preparado un gran lazo rojo que hoy cuelga en la fachada de la Casa Libertad de Prolibertas, en la calle Sagunto.