En lo que va de año en Córdoba (hasta la fecha de ayer) han resultado quemados un total de 173 contenedores. La madrugada del martes los servicios de bomberos de Córdoba tuvieron que acudir a distintos puntos de la ciudad para sofocar la quema de varios contenedores, que se incluyen en ese cómputo global. En concreto, ayer ardieron depósitos en la avenida Carlos III, Valdeolleros, Virgen de Fátima, Acera del Río, Las Moreras -con tres contenedores afectados- y la calle Hernando de Magallanes, en la Fuensanta.

Aunque las cifras de contenedores de Sadeco quemados en lo que va de verano es similar a la del año pasado (al cierre de agosto del 2018 iban 164 contenedores quemados, y al cierre de agosto del 2019, 165), desde la empresa municipal de limpieza se ha impulsado la elaboración de un mapa de incidencias, que permita detectar cuáles son las zonas más perjudicadas por estos actos vandálicos en la capital cordobesa. Fuentes de la empresa municipal explicaron ayer que se está elaborando ya ese mapa de incidencia y frecuencia, para ver dónde ocurre y cada cuánto tiempo ocurre la quema de contenedores.

El año pasado, en el caso de la quema de contenedores, fue una zona de La Fuensanta y el distrito Sur (Campo de la Verdad y Sector Sur) los sitios que coparon más de la mitad de los 201 incendios registrados desde el 1 de enero a principios de noviembre. En el año 2018, Sadeco informó de que cada quema de contenedor tenía un coste de 969,25 euros (una cifra que suponía un abaratamiento de costes de unos 100 euros respecto al 2017 y 2016). Un contenedor nuevo que se repone cuesta 795 euros, cantidad a la que hay que sumar la derivada de los trabajos de retirada del contenedor quemado y la colocación del nuevo; lo que da una cifra cercana, como decimos, a los 1.000 euros.

No obstante, Sadeco tiene suscrito con Contenur un convenio en base al cual esta empresa tiene la responsabilidad de mantener los contenedores de la ciudad y sustituirlos en caso de incendios. Se trata de una adjudicación que se aprobó en septiembre del 2016 por seis años y un montante de 3,6 millones de euros, lo que supuso el ahorro de casi un millón frente a lo presupuestado.

El año pasado, desde enero hasta el 1 de noviembre se habían quemado 201 contenedores con un coste total de 194.820 euros. Suponía algo más que en el 2016 por esas fechas, cuando se habían destruido 141, pero menos que en el 2017, cuando ardieron hasta noviembre 218 contenedores.

Con el mapa de incidencias que se está elaborando, la idea que tiene Sadeco es poner en marcha un plan de actuación, que tendrá dos pilares fundamentales: «la educación y la concienciación», una línea en la que se trabaja ya desde hace tiempo. Según fuentes de la empresa de limpieza la idea que se quiere transmitir a los cordobeses es que «el mobiliario urbano es propiedad de todos los ciudadanos y que es responsabilidad de todos su cuidado y mantenimiento».

‘PINTO MI CONTENEDOR’ / Sadeco ha celebrado durante tres cursos consecutivos un programa educativo, Pinto mi contenedor, que pretende concienciar sobre el riesgo y el coste que suponen la quema de contenedores y el mobiliario urbano.

Los escolares decoran y pintan los contenedores que han sido quemados en sus barrios, gracias a lo cual los depósitos de basura vuelven a tener una segunda vida. Sadeco ha organizado estos cursos sobre todo en las zonas más afectadas por el vandalismo en Córdoba y han llegado a la conclusión de que esos contenedores renovados ya no sufren más vandalismo.