Carlos García Juliá, condenado por su participación en la matanza de Atocha en 1977, será conducido directamente a prisión una vez sea extraditado por Brasil para hacerle una liquidación de condena que fije cuántos años le quedan por cumplir, tras haber huido de España al obtener la condicional. La Corte Suprema de Brasil autorizó este lunes la extradición de García Juliá, que fue detenido el pasado diciembre en Sao Paulo en virtud de una orden de busca y captura internacional cursada por España, a petición de la Audiencia Nacional.

Alejandro Ruiz-Huertas, el último superviviente de la matanza de Atocha y profesor ya jubilado de la Universidad de Córdoba, dijo ayer en declaraciones a Cadena Ser que espera que se produzca esa extradición y «se cumpla con la justicia, porque se lo debemos a todos los que están detrás de Atocha, incluidos los que murieron, los que han muerto después y los familiares de todos». Cuando se produjo la detención en diciembre de Carlos García, Ruiz-Huertas dijo a CÓRDOBA que sería «una tranquilidad» que quien participó en el asesinato de cinco personas cumpliera su condena o lo que restara de ella.