Inclusión, autonomía e independencia. Esos son los tres pilares fundamentales por los que lucha la Asociación Síndrome de Down de Córdoba durante todo el recorrido vital de las personas con Down. Gracias al Proyecto Amigo y a la red nacional Escuelas de vida, la asociación dota a sus integrantes de las competencias fundamentales para optar a la vivienda compartida, el proyecto más «mimado» por Down Córdoba, como «culmen del recorrido que nuestros chicos realizan desde que entran en la asociación», cuenta Luis Javier Trillo, gerente de la asociación.

El programa se divide en tres fases, explica José Antonio Cámara, participante en el proyecto. «Primero hay un proceso madurativo, después viene la participación en una vivienda de aprendizaje, durante los fines de semana, y, por último, la vivienda compartida».

Carlos Gustavo Ruiz y Natalia Escamilla son los dos compañeros de piso que ahora residen, de domingo a viernes, en esta vivienda compartida, que comparten con la mediadora Ángela Cornejo. «No es una vivienda en la que vayan a residir siempre, si no que es un lugar de aprendizaje», explica Trillo. Pero este piso es la antítesis de una vivienda tutelada. «En ningún momento les digo qué tienen que hacer, ni los tutelo», apunta Ángela, que sirve como apoyo para Carlos y Natalia, «hasta que ellos ya saben realizar esa tarea de forma independiente». Es un apoyo «progresivo», que se retira paulatinamente, buscando romper los estereotipos y hacerlos «dueños de sus vidas», señala José Antonio. Ángela, más amiga de estos dos chicos con síndrome de Down que mediadora, los llama sus «compañeros de vida». Una vida en el que el día a día común va desde hacer el menú o la lista de la compra, hasta «salir de tapas», cuentan Carlos Gustavo y Natalia entre risas. «Ponemos en común una hora para despertarnos, pero ellos tienen claro que si se quedan dormidos y llegan tarde al trabajo es bajo su propia responsabilidad», cuenta la mediadora.

Esta vivienda no cuenta con ninguna adaptación especial, solo una serie de paneles informativos para el uso de las nuevas tecnologías «como cualquier joven de hoy en día», apunta José Antonio. Tanto Carlos como Natalia, gracias a varias aplicaciones móviles, pueden realizar la compra o elaborar recetas de cocina mediante apoyos visuales. «Las personas con Down pueden y están preparadas para incluirse en la sociedad», señala Trillo, quien define esta vivienda como «la válvula de escape de todos los estereotipos establecidos»

Además, este año, por el Día del Síndrome de Down, la campaña Cambia tu mirada invitará a que «se mire de otra manera», obviando los rasgos, ya que es lo único que nos diferencia de ellos.