Un gas explosivo introducido en la maquinaria del cajero automático fue el modus operandi empleado por el autor o autores del asalto a una sucursal del Santander anoche en la avenida de La Torrecilla.

Pasadas las 22.30 horas, una fuerte detonación que reventó el cajero e hizo añicos parte de la cristalera exterior de la sucursal, alertó a los pocos trabajadores que a esa hora quedaban en el polígono industrial, que avisaron a la Policía Nacional.

Según contaron algunos testigos a la policía, varios individuos huyeron del lugar en un coche poco después de la explosión. Anoche aún no había sido detenido nadie y la policía seguía investigando en la sucursal.

Fuentes policiales explicaron a este periódico que esta forma de reventar un cajero utilizando gas es un método conocido por la policía, y que si bien no es habitual en Córdoba, un asalto parecido se registró hace unos seis meses en otra sucursal bancaria en el polígono Las Quemadas.

Anoche, varios empleados y directivos de la entidad bancaria se desplazaron a la sucursal para evaluar los daños. Aún se desconocía a cuánto podía ascender el botín. Sí saltaba a la vista la potencia de la deflagración, que reventó literalmente el cajero automático, lanzando parte de la maquinaria al exterior, tras impactar y destrozar una de las lunas de la oficina bancaria.