A dos meses del Viernes de Dolores, antesala de la nueva Semana Santa 2017, en la que está previsto el traslado de la carrera oficial al monumental entorno de la Mezquita Catedral, cofradías, Cabildo Catedral y Ayuntamiento multiplicarán sus reuniones para perfilar el desafío que supone toda la organización.

Pese al largo camino recorrido, que durante meses obligó a las 37 cofradías de penitencia a replantear sus estaciones de penitencia y pactar soluciones para los numerosos problemas, aún quedan cuestiones claves por resolver.

Entre estas cuestiones está el uso que tendrá el Patio de los Naranjos, que es justamente el corazón de la nueva carrera oficial pero que, a priori, podría estar abierto al público en general, pese a las restricciones al paso peatonal que se han establecido para el entorno, sobre todo, por razones de seguridad (concretamente en las calles Torrijos, parte de Cardenal Herrero y casi toda la calle Magistral González Francés).

Para solucionar esta cuestión está prevista una reunión esta semana en una cuestión que afecta tanto a las cofradías como al Cabildo Catedral (propietario y gestor del recinto) y al Ayuntamiento (que debe desplegar el dispositivo), donde primará la cuestión de la seguridad, explicaba ayer a preguntas de este periódico el presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba, Francisco Gómez Sanmiguel.

En el debate se contempla la posibilidad de instalar palcos y sillas en el recinto, lo que ayudaría a ordenar el uso y serviría para regular el uso y los movimientos de personas en el recinto y, además, compensar que los palcos y sillas en la primera edición de esta nueva carrera oficial 2017, y aunque superen las plazas de la que se montaba en Claudio Marcelo y Las Tendillas, no sean ni mucho menos tantas como en principio planteaba la Agrupación de Cofradías (la última propuesta, aún en negociación, contempla 300 palcos y 1.500 sillas).

SEGUNDA PUERTA / Otra cuestión clave los próximos días estará en la Gerencia de Urbanismo y si el expediente de la obra de la segunda puerta llega a la comisión de licencias para su visto bueno. Aunque esta intervención (que contempla sustituir una de las cuatro celosías de Rafael de la Hoz por una puerta con igual diseño) no es imprescindible para el traslado de la carrera oficial este año, sí que vendría a facilitar el tránsito, a garantizar el éxito de la iniciativa y a ayudar al plan de seguridad que se ultima. Al respecto, uno de los condicionantes para dar la licencia puede ser el impacto que la intervención puede tener en el monumento o su entorno, algo en lo que tanto Cultura como la Unesco no ven problemas.