La celosía de Rafael de la Hoz que estaba instalada desde 1974 en la Mezquita Catedral no debió ser retirada. Lo dijo el Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba y este pasado lunes lo ha ratificado la sección primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJA en una sentencia a la que ha tenido acceso Diario CÓRDOBA y que supone un importante varapalo para quienes tomaron la decisión de retirar esa obra: la Agrupación de Hermandades y Cofradías que la impulsó, la Junta de Andalucía que la avaló y el Cabildo Catedral que la ejecutó. La retirada de la celosía, dice la sentencia, no comporta una mejora de de la conservación de la Mezquita ni un enriquecimiento para la misma, “sino más bien lo contrario” y rechaza la decisión de retirarla, tampoco “para un uso del que no está acreditado, documentado ni siquiera su valor como tradición”.

La sentencia llega a calificar de “mala conservación, restauración o rehabilitación” la propia maniobra de retirada de la celosía para colocar la puerta que la iba a sustituir: “las incidencias producidas al ejecutar la colocación de la puerta, con afectación a los restos arqueológicos por la necesaria cimentación precisa para la colocación, una obra que perjudica restos arqueológicos en un monumento de valor excepcional universal”.

Fue el hijo de De la Hoz, el también arquitecto Rafael de la Hoz Castanys, quien llevó a los tribunales aquella decisión que tomó la Junta de Andalucía, siendo Rosa Aguilar consejera de Cultura, siendo delegado territorial de Cultura el expresidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías Francisco Alcalde y que contó con los parabienes de los técnicos de Cultura y del Icomos, órgano asesor de la Unesco. La autorización se obtuvo en 2015, pero la celosía se retiró en 2017. En abril de 2019 el juzgado falló contra la retirada de esta obra y ahora el TSJA lo ratifica. Las partes que alegaron, que han sido condenados a pagar las costas (800 euros) están estudiando si recurren ante el Tribunal Supremo.

Fuentes de la Junta confirmaron ayer que están valorando recurrir el fallo judicial. La Agrupación de Hermandades y Cofradías asegura "será totalmente respetuosa con las decisiones judiciales acatando cualquier sentencia que provenga de la justicia". Y el Cabildo Catedral manifiesta también que será respetuoso con la sentencia y recuerda que "la celosía está almacenada y protegida".

El proyecto de las hermandades y cofradías planteaba la necesidad de desmontar la celosía para dar acceso a las procesiones por ese vano durante la Semana Santa, algo logrado en la primavera de 2017. La opción de mantener la celosía y moverla puntualmente o convertirla en puerta no era factible, pues era una estructura fija: “piezas apiadadas sometidas a la acción de su propio peso” y la Agrupación propuso la “ejecución de una nueva celosía cuya configuración y materialidad” iban a ser “idénticas a la actual, en cuanto materiales de madera y vidrio, pero abatible”. La celosía se retiró y nunca se ejecutó esa réplica abatible. Las dudas sobre la situación en la que se encuentra en estos momentos la celosía las recoge la propia sentencia, que cita el proyecto de desmontaje en el que ya se advertía de que era “imposible desarmarla sin dañarla con lo que la recuperación de piezas para el hipotético montaje es inviable”. En resumen, la propuesta era hacer una nueva, abatible, ante la imposibilidad de desmontar la celosía sin dañarla. Y esto que ya lo cuestionó el Juzgado de Instrucción número 4, ahora también lo cuestiona el TSJA.

La ley 14/2007 de Patrimonio Histórico e Andalucía permite en la Mezquita obras de “conservación, restauración y rehabilitación” y la retirada de la celosía no encaja en ninguna de estas, según la sentencia. Su sustitución, para permitir la entrada de las hermandades de la Semana Santa y así consolidar la decisión de trasladar la Carrera Oficial al entorno de la Mezquita Catedral, no fue realizada conforme a ley, según la sentencia. El tribunal considera que “la intervención de la administración ha excedido de los supuestos legales” y avisa que quienes tienen la responsabilidad en la conservación del monumento “han de extremar su cuidado y diligencia”.